Quema del Boto en Palazuelos

19/08/2019 - 21:38 Luis Monje Ciruelo

La Quema del boto se hace en la medianoche de la víspera de San Roque, en la Puerta de la Villa. 

Entre tantos festivales medievales como se celebran en nuestros pueblos,  he lamentado que no exista el de mi Palazuelos familiar, (quizá el único pueblo de España que conserva en aceptables  condiciones su castillo y sus murallas, por lo que no haría falta un gran presupuesto para crear el ambiente adecuado). En realidad, tiene preparado el mejor marco medieval desde que hace cinco siglos el marqués de S antillana, su Señor, construyó el castillo y el recinto amurallado de unos dos kilómetros de perímetro, con más de 20 cubos o torreones y varias puertas de acceso, tres de ellas, por las que se entra en ángulo recto. Cuenta para proveer el festival con una animosa Asociación Cultural, “La Quema del Boto, que  es medieval por sus orígenes, a raíz de la protección de San Roque en el siglo XV en una epidemia de peste que causó muchas víctimas en el Valle y ninguna en Palazuelos. Y lo es por su escenario, sobre todo en la Puerta de la Villa, que es puro Medioevo, con una hornacina entre la hiedra con la imagen del Santo y ante ella  una lamparilla permanentemente encendida como homenaje y recuerdo de la protección de San Roque. Una comitiva de damas, nobles e hidalgos, entrando por la Puerta de la Villa con trajes de la época sería el mejor reclamo del futuro festival medieval de Palazuelos, que se disputarían las televisiones. La Quema del boto, que se hace la medianoche de la víspera de San Roque, en la Puerta de la Villa, en un puro ambiente medieval, recuerda  y evoca simbólicamente la época en que el fuego era la única defensa ante las epidemias.  Es una fiesta social y popular, cada año con más dificultades para encontrar botos, botillos y pellejos de aceite para la quema. Esperemos que de una de esas reuniones, surja la iniciativa del festival medieval, que contaría seguramente con la ayuda de la Diputación, pues una aldea, hoy pedanía de Sigüenza, por muchos méritos histórico y artísticos que posea, con apenas cuarenta habitantes cuando el siglo pasado tenía más de 400, carece de medios para organizar un festival de esa clase. El festival rememoraría, no solo su pasado histórico y su presente medievalismo urbano, sino también sus méritos literarios, pues en Palazuelos se escribió, mientras Cervantes ultimaba el Quijote “en un lugar de la Mancha”, una novela picaresca, El Guitón Honofre, de categoría literaria que no desmerece del Lazarillo de Tormes ni del Guzmán de Alfarache.