
Rivalidad, traición y éxito: La historia detrás de Adidas y Puma
En 1948 la empresa se dividió. Adi fundó Adidas y Rudi creó Puma. Dos hermanos, dos marcas y un resentimiento que duraría de por vida.
Siempre he pensado que los negocios pueden sacar lo mejor o lo peor de las personas. Un ejemplo es la historia de los hermanos Dassler, quienes llevaron esto a otro nivel. Fundaron una empresa, construyeron juntos un imperio y, de la nada, una pelea los convirtió en rivales de por vida.
La historia podría sonar a guión de película, pero la verdad es que es un caso de la vida real que explica el origen de dos marcas famosas en el mundo del deporte. Me refiero a Adidas y Puma, dos gigantes de zapatillas deportivas del mundo.
Lo interesante de la historia de estos hermanos es que su disputa no solo dividió a la familia, sino a toda una ciudad. Herzogenaurach, su pueblo natal, se convirtió en un campo de batalla en el que los habitantes elegían bando según las zapatillas deportivas que usaban. Ahora, lo interesante es que detrás de estas dos marcas se esconde la rivalidad de dos hermanos, que no obedeció solo a razones empresariales, sino a razones personales. Se llenaron de un resentimiento que los acompaño a hasta la tumba.
Puma y Adidas nacieron de la pasión de Adolf (mejor conocido como “Adi”) y Roudolf. Aquel entusiasmo de “Adi” por crear el calzado perfecto se convino con el carisma y el don de la persuasión de Rudolf. Ambos eran el equilibrio perfecto para llevar un negocio a la cima. Fue así como, alrededor de los años 20, fundaron en la Gebrüder Dassler Schuhfabrik una fábrica de zapatos deportivos.
La historia de fama inicia cuando en 1936 lograron que Jesse Owens, el atleta afroamericano que humilló a Hitler en los Juegos Olímpicos de Berlín, usara sus zapatillas para ganar cuatro medallas de oro.
Aquel hecho fue un golpe maestro de marketing, ahora la empresa estaba en la cima. Sin embargo, todo cambio cuando Adi y Roudolf fueron reclutados para servir en la Segunda Guerra Mundial, ahí se produjo LA quiebra de la relación entre los hermanos.
Hay quienes dicen que todo inició con la frase “¡esos bastardos!”. En un refugio antiaéreo Adi y su esposa al llegar lanzaron esta expresión. Rudi pensó que hablaban de él y su familia. Otros creen que el verdadero quiebre inició cuando Rudi, tras ser capturado por los aliados, sospechó que Adi lo había delatado como simpatizante nazi.
Lo cierto es que, más allá de las razones que originaron el conflicto, la relación se rompió de manera irreparable y en 1948 la empresa se dividió. Adi fundó Adidas y Rudi creó Puma. Dos hermanos, dos marcas y un resentimiento que duraría toda la vida.
Si miramos la historia desde una perspectiva empresarial, podríamos decir que Adidas ganó la batalla, para nadie es un secreto que esta marca se consolidó (a lo largo de los años) como la segunda marca deportiva más grande del mundo detrás de Nike.
Por su parte, Puma, aunque más pequeña, nunca dejó de ser un competidor fuerte y sigue siendo una marca relevante en la industria del deporte y de la moda, pero no como Adidas (y Nike). Ahora, en la historia personal de los dos hermanos no hubo ganadores, pues Adi y Rudi nunca pudieron cerrar aquellas diferencias o malos entendidos que los separaron.
La historia de ambos es lamentable, cada uno vivió obsesionado en cómo vencer al otro y cuando llego la hora de la despedida final, murieron sin haber cruzado palabra en años. En la muerte siguieron separados, pues fueron enterrados en extremos opuestos del cementerio de Herzogenaurach, así que la disputa no terminó.
Lo interesante de esta historia es que en esta guerra no hubo ganadores porque, aunque lograron éxito, tuvieron que pagar un precio muy caro, pagaron el precio de llevar un resentimiento que los consumía. Los Dassler construyeron dos imperios, eso es indudable, pues si hablamos de una buena zapatilla pensamos en Adidas o Puma. Pero este posicionamiento en la mente de los consumidores lleva en su esencia una enemistad que consumió a los hermanos Dassler y que nos permite preguntarnos: ¿hasta qué punto vale la pena perder una relación (¡ojo, de hermanos!) por los negocios?
Aunque la competencia es saludable, esta historia deja una sensación agridulce. Indudablemente es admirable lo que lograron, pero muy triste la forma en que lo hicieron. Adi y Rudi demostraron que la ambición puede construir imperios, pero también puede destruir lazos irremplazables. Hoy en día, Adidas y Puma son gigantes del mercado, pero es cuestionable que eso les haya dado verdadera satisfacción a los hermanos, pues al final, no importa cuántos millones generes o cuántas victorias logres en el mundo empresarial, si la competencia se convierte en obsesión y en rupturas emocionales. Lo que realmente pierdes no se puede comprar ni recuperar.
La intención de traer al presente esta historia es reflexionar sobre ¿cuántas veces en la vida dejamos que el orgullo nos gane? ¿Cuántas amistades y cuántas relaciones familiares se han roto por disputas que, con el tiempo, parecen insignificantes?