Sentimental: El buen hacer de la risa

18/11/2020 - 15:06 J. Pastrana

Lo lógico en estos tiempos hubiera sido que Sentimental estuviera grabada en (falso) plano secuencia. La película nos propone una historia de apenas 80 minutos que transcurre en tiempo real –que alegría que todavía haya historias que duren lo que tienen que durar, por cierto- . Se trata del encuentro entre dos parejas de vecinos. Unos podríamos decir que son el típico ´matrimonio estable´ del cine, lo que significa que están en crisis permanente y parece que no se soportan. Los otros, son una pareja más ´moderna´ que destaca por la fogosidad de sus encuentros amorosos.

La trama, no se engañen, no propone nada original. Les sonará a mil veces vista. Lo arcaico y tradicional frente a lo nuevo. Podría ser algo de lo más predecible y aburrido, pero resulta que divierte… sin dejar de ser predecible. El mérito lo tiene, sobre todo, su estupendo reparto: Javier Cámara y Griselda Siciliano son la pareja asentada y aburrida de sí misma. Él, cascarrabias y frustrado. Ella, deseando encontrar… algo –ya les advertí que era predecible-. Los modernos son Belén Cuesta y Alberto San Juan, ella psicóloga comprensiva y él fogoso bombero, ambos sexualmente liberados.

Más que en el fondo de la película, que gira en torno al enfurruñado personaje de Cámara y el shock que le causan sus liberales –o libertinos- vecinos, lo que atrapa es el ritmo de la narración y la bis cómica de sus intérpretes, un estupendo reparto en el que tan bien funciona el cinismo de Cámara, como las miradas de Siciliani, la inocencia desinhibida de Belén Cuesta y la socarronería de San Juan. Todos ellos aprovechan al máximo los chistes del guión escrito por el propio Gay y su trabajo tras la cámara, que no cae en la trampa del jugoso plano secuencia y se rinde al ritmo propio de la comedia.

Sentimental es una estupenda propuesta para pasar un buen rato, sin más, aunque en su último tramo apueste por poner tímidamente un pie en el drama. Buscar algo más allá de la risa nos obligaría a pensar si no está ya demasiado visto eso de la pareja de mediana edad en crisis por culpa de las neuras de él, o si no queda un poco rancio y utópico pensar que la felicidad está en el poliamor porque sí. Desde que somos más libres hemos descubierto también que somos más complejos, más incluso que la suma de nuestros tabúes. Dejémoslo en la risa, que ahí Sentimental funciona muy bien y no es poca cosa que te hagan reír en este 2020 que nos ha tocado vivir.