Te contamos cómo los bomberos salvaron a Simón y en qué estado salió
Los bomberos del Ayuntamiento de Guadalajara recibieron días atrás el aviso de su dueño. Simón, un podenco, había caído a un pozo de seis metros de profundidad en una zona de los caminos detrás de los nuevos juzgados. Hasta el lugar de los hechos acudieron seis bomberos y agentes de la Policía Local. “Simón, al principio, se encontraba un poco aturdido, pero luego ya sabía, por su instinto, que le íbamos a rescatar; se tranquilizó en cuanto oyó a su amo que estaba arriba”, señala uno de los componentes del operativo.
En este caso, explica el bombero, bajaron el cabo y el oficial de servicio par valorar situación. “El terreno era inestable para el rescate, por lo que tuvimos que usar un material específico, con un trípode y un desmultiplicador”, relata. Fue uno de ellos el que bajó con un arnés específico para subir con seguridad el perro. Una vez rescatado, subido el can y entregado al dueño, se vio que no presentaba daños. Los bomberos procedieron a tapar el pozo. “Observamos que había una puerta de forja dentro del pozo que lo tapaba antes; mediante un sistema de cuerdas lo subimos y tapiamos con tablones”, concluye.