TEJIENDO HISTORIAS (2): Toledo, arte y cultura en cada rincón
Toledo desprende arte en cada rincón y en cada espacio. Es una ciudad artesana, donde los productos hechos a mano forman parte de la historia y de la evolución de la ciudad. La artesanía toledana posee un nombre propio y cuentan con un reconocimiento y expansión a nivel mundial. Toledo y su artesanía son universales.
En Toledo se respira tradición y artesanía con productos de calidad que han dotado a esta ciudad Patrimonio de la Humanidad de un legado y un valor patrimonial incalculable. Una artesanía y unos productos artesanos que continúan con el paso del tiempo. Un arte único que se ha convertido en un oficio heredado, que se pasa de generación en generación, traspasa el tiempo y la historia, pero que se reinventa para volverse eterna y única con aportaciones más actuales.
El visitante podrá encontrar en Toledo muchas tiendas donde encontrar productos, artículos y recuerdos típicos de la ciudad. Sin embargo, de entre todos ellos, siempre tendrá un lugar especial la artesanía toledana, hecha con las manos y con el trabajo artesano: el damasquinado, la espadería y la madera, así como la cerámica y el forjado.
El damasquinado
Si hay una artesanía que se asocie a la ciudad de Toledo de forma indisoluble esa es el dasmasquino o damasquinado. Es imposible pasear por las calles y plazas del casco histórico de la ciudad sin detenerse en apreciar la belleza de las piezas de damasquino que se exhiben tras los cristales de los escaparates de los comercios de artesanía y souvenirs.
Esta artesanía milenaria se aplica a toda clase de objetos y consiste en la incrustación –a golpe de martillito y buril– de labores y dibujos con hilos de oro o plata sobre un metal más común como puede ser el hierro, el cobre o también el acero. El brillo y la suntuosidad de los preciosos metales contrasta con los tonos oscuros de los metales menos nobles logrando un resultado de gran belleza plástica.
En Toledo fueron proliferando los talleres y en el siglo XIX la Fábrica de Armas de Santa Bárbara, fundada por el Rey Carlos III, le da un fuerte impulso. Hoy, la ciudad es el mayor foco de producción de damasquino del mundo.
En los talleres en vivo que todavía muestran al visitante el proceso artesano y en las tiendas que se reparten por todo el casco histórico podemos encontrar, en muy diferentes estilos, objetos de orfebrería y joyería, espadas, muebles, platos y cualquier objeto metálico embellecido por los artesanos con la técnica del damasquinado. Son piezas únicas y originales que recrean desde diseños clásicos a las líneas más modernas, inspirados en una amplia variedad de temas, vistas de ciudades, escudos, personajes históricos, además de múltiples opciones de personalización.
Espadas
El acero toledano, famoso en el mundo entero, dota a las espadas fabricadas en Toledo de una elasticidad y fortaleza únicas. Las espadas de Toledo contienen marcas del espadero o del taller y cuentan con una ornamentación única como el damasquinado, nielados y grabados.
Los talleres toledanos hoy en día siguen forjando espadas y elaborando sables artesanalmente para los ejércitos españoles y extranjeros. Así que en la visita a Toledo será imprescindible adquirir como recuerdo alguna reproducción de los sables o las espadas más conocidas históricamente como la de Alfonso VI, Boabdil, El Cid, Carlos V…
La madera
Dentro de la artesanía de Toledo no falta el trabajo de la madera. Este arte ha conseguido que muchas casas toledanas cuenten con decoración y muebles de madera hechos a mano. No debemos olvidar la importancia que también cobran las tallas de madera, los alfarjes y artesonados, las arquerías, los bancos, los sillones fraileros, las mesas y las puertas toledanas.
Cerámica
Una de las características que encontraremos en nuestro paseo por Toledo es la azulejería y la cerámica en muchos espacios de la ciudad. Es un arte que combina la arena, el agua y el color para crear esos espectaculares elementos. La tradición cerámica de la ciudad de Toledo se remonta al siglo XI que consistía en loza, muy bien decorada con reflejos metálicos.
Pero si hablamos de cerámica tenemos que hacer parada en Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo. Son dos de los centros cerámicos más importantes de todo el mundo. Las más antiguas culturas presentes en esta tierra ya dejaron piezas excepcionales en el Paleolítico o en la Edad del Hierro.
Hoy nuestros artesanos mantienen esa tradición milenaria, creando piezas de alfarería con el torno o rueda giratoria y sus manos. Y los ceramistas elevan al grado de arte su decoración con esmaltados y motivos pictóricos.
Los tradicionales azules de las cerámicas de Talavera, o los verdes del Puente del Arzobispo, constituyen un ejemplo de la variedad cromática y habilidades de los artesanos castellano-manchegos. Que hoy dan forma lo mismo a piezas clásicas, basadas en las que fueron destinadas en origen a albergar vinos y aceites, hasta modernas creaciones reconocidas internacionalmente.
La forja
La forja o la hojalatería toledana es otra de las artesanías tradicionales con bastante presencia en la ciudad. En épocas anteriores la producción se destinaba a útiles como candiles o aceiteras, faroles, candelabros o elementos decorativos como marcos o rejas.
El arte de la forja se encuentra en multitud de enrejados de puertas, aldabas y clavos, ventanas y balcones y en definitiva, en cada rincón de Toledo.
Más información en www.artesaniadecastillalamancha.es