Todos los apellidos castellano-manchegos


Escribimos estas líneas con la emoción del Día de la Región. Este 31 de mayo para nosotras ha sido diferente e inolvidable.

Escribimos estas líneas con la emoción del Día de la Región. Este año el 31 de mayo para nosotras ha sido diferente e inolvidable. 

El 31 de mayo de 2021 las Hermanas Lara tuvimos el honor de ser nombradas Hijas Predilectas de Castilla-La Mancha. Nos llenó de ilusión la noticia de que íbamos a recibir esta condecoración otorgada por el Gobierno de Castilla-La Mancha. Y resulta complicado resumir en unos párrafos el gran entusiasmo con el que vivimos la jornada. 

Nacimos en Guadalajara, toda nuestra familia desde la noche de los tiempos es de Cuenca, y nuestros recuerdos esenciales se encuentran vinculados a las Alcarrias gemelas. 

Cuando cruzas la frontera de Alcocer hacia Villaconejos de Trabaque o Albendea, los surcos parecen representar un mismo manto de cereal, olivo y viñedo, pero el ser gemelas (o mellizas) no implica ser idénticas; cada una de las Alcarrias posee una singularidad propia, salpicada de novedades como el mimbre rojo o la lavanda violeta, la montaña azul o la vega turquesa, el caudal del río o la profundidad de la cueva.

Además de los premios académicos y literarios, en la última década y media hemos tenido la dicha de ser nombradas Hijas Adoptivas de Villaconejos de Trabaque, Embajadoras Culturales de la Ruta del Mimbre en Cañizares, Alfareras de Honor en Priego, Premio a los Valores Humanos y Culturales de la Fundación Siglo Futuro y Guadalajareñas Destacadas por COPE, impartiendo millares de conferencias en la latitud norte-sur y en la longitud este-oeste de nuestra mágica ínsula. Datos que ofrecemos con la humildad del trabajo y la melodía del compromiso social.

Como residentes en Azuqueca de Henares, son muchísimas las muestras de afecto que recibimos al salir a la calle, o en nuestros rodajes de televisión, cuando en Madrid o allí donde estemos, las personas esperan que la cámara pare un segundo de grabar para decirnos que nos siguen en Cuatro o en Telemadrid, y en numerosas ocasiones puntualizan: “yo también soy de Castilla-La Mancha”. 

El valor del paisanaje tiende puentes invisibles e inalcanzables a la racionalidad humana… Paisanaje que no solo tiene que ver con el lugar geográfico de nacimiento, sino con la actitud hacia la vida. Se puede ser paisano con independencia de la ciudad de alumbramiento; se es pariente por la humanidad del Sapiens ante los retos de la vida en el décimo milenio antes de Cristo o en la era globalizada. 

Castilla-La Mancha es una maravillosa comunidad autónoma que se gestó a la vez que nosotras al inicio de los 80. En los viajes laborales por París, Harvard, Bulgaria, Georgia, Argentina, etc., su  bandera blanca  y carmesí con castillo ha sido nuestro lema. Nos gusta decir a todo el mundo que somos castellano-manchegas y, como detectives del pasado, nos agrada afirmar que la historia de nuestras comarcas es universal. 

Las cinco provincias conforman nuestro pasaporte de vuelo. Porque si biológicamente estamos ligadas a Cuenca y Guadalajara, los recuerdos corren veloces hasta nuestra mente en Toledo: somos Doctoras a raíz de Toledo y en Toledo, a partir de nuestras Tesis Doctorales, que en el caso de Laura versa sobre el despertar de la capital visigoda y ciudad imperial en la Edad de Plata, y sobre los Preilustrados en el caso de María, siendo defendida esta investigación en la Facultad de la UCLM situada en la Plaza de Padilla. En Albacete, María fue investida Doctora y por sus parques hemos paseado con nuestra abuela Pilar y con nuestro tío Julio. Eso por no hablar de Ciudad Real y de las conferencias en Daimiel y Almagro sobre Inquisición y brujería…

Estamos a 4 de junio, han transcurrido unas 100 horas desde que nos convertimos en Hijas Predilectas. Y, ¿cómo nos encontramos? Felices. 

Castilla-La Mancha está cargada de sueños que son realidades: como el carácter polifacético del toledano Alfonso X “El Sabio” (en 2021 se conmemora el octavo centenario de su nacimiento); la fascinación de El Quijote y Dulcinea; la dama del Cerro de los Santos, albaceteña y pionera en el liderazgo; el románico rural guadalajareño y los diamantes del Infantado; la Ciudad Encantada y las Casas Colgadas de Cuenca, o las bodegas romanas y la Sefarad de Ciudad Real. 

Estamos pletóricas de ser las Hijas Predilectas de nuestra tierra y nos sentimos parte de la Comunidad en pleno y de sus 919 municipios, núcleos urbanos y pedanías, todos ellos con una rica historia vivencial para ser contada. Una región con 3 ciudades Patrimonio de la Humanidad (Toledo, Cuenca y Almadén), con parques arqueológicos, con fortalezas, con molinos, con museos, con iglesias, con ermitas, con plazas, con rincones, con minas, con campos, con rutas y con trashumancia. Y con lo mejor de todo, que son sus gentes. 

Hace 500 años los líderes del movimiento comunero, Padilla, Bravo y Maldonado, fueron ajusticiados en Villalar. Dos de ellos eran castellano-manchegos: Bravo, de Atienza, Padilla, de Toledo, y la mujer de este, María Pacheco, aunque nació en La Alhambra de Granada, formaba parte de la familia de los Mendoza de Guadalajara. 

Por los comuneros nuestra región recibe el nombre de “Junta de Comunidades”; y el 31 de mayo lo recordó en su magnífico discurso Pablo Bellido, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha. También nos interpeló que el presidente del gobierno de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page- con la cercanía y la precisión que lo caracterizan- hablara de “Alcarrias gemelas”. Y nos sorprendió el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo, con el proyecto de poner una estatua a Alicia en el País de las Maravillas porque hemos investigado su historia en Estados Unidos desde la perspectiva de la didáctica. 

A todos ellos, junto a los consejeros, agradecemos este nombramiento que nos han realizado exactamente ahora, cuando todos intentamos volver a vivir después de las fases agudas de la pandemia. De algún modo, esta vuelta a la normalidad supone para todas las personas un renacimiento, un regreso con la remembranza de los que se marcharon. 

Y ni que decir tiene que para nosotras ver nuestros nombres en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha es un motivo para volver a nacer con alegría. Dibujando sonrisas desde el otro lado de la pantalla, del micrófono, del libro o del aula. 

En la mañana del lunes 31 de mayo, cuando llegamos al Auditorio Buero Vallejo, recibimos de entrada la cálida bienvenida del equipo de la Junta, a continuación conversamos con numerosos compañeros periodistas que nos hacían sentir en las mesas de transmisiones como si cada una de aquellas siglas fuera nuestra emisora, y luego vimos multitud de caras amigas en el patio de butacas. Transcurrida la primera hora del acto institucional, subimos al escenario. Verdaderamente marcó nuestra Historia aquella escalera porque, al bajar los peldaños con los preciosos títulos que nos entregaron, éramos Hijas Predilectas. 

En tiempos de mascarillas, adoptando el gesto del personaje de El Greco posando la mano sobre el corazón, mostramos nuestra infinita gratitud entre los aplausos. Y, ya en el asiento del anfiteatro, al desplegar el diploma, leímos nuestros nombres y apellidos. Todos ellos de la tierra. 

Porque genealógicamente, cuando en la Prehistoria se trazaban los frisos de arte esquemático que hoy conforman los conjuntos rupestres que también albergan nuestras 5 provincias, los patronímicos de las Hermanas Lara ya eran de la región. De hecho nuestro cuarto apellido es “Castellanos”.