
Un emblema de Guadalajara: D. José Montes ‘Pepito’...
El año 1921 nacía en Guadalajara una persona de baja estatura, pero muy grande de corazón y amor a su ciudad : José Montes Ortiz, conocido popularmente por todo el mundo como : ‘Pepito’. Y es que desde muy pequeñito y debido a que su familia vivía en la calle Alvarfáñez de Minaya, junto al Santuario de Nuestra Señora de la Antigua, sintió una devoción especial por la patrona de Guadalajara.
Pero la gran noticia le llegó en el verano del año 1952, cuando el alcalde de aquella época, Pedro Sanz Vázquez, decide otorgarle y de forma benéfica, un quiosco de golosinas, cromos, tebeos y venta de cigarrillos sueltos al bueno de ‘Pepito’. En ese lugar fue el hombre más feliz del mundo, ya que aparte de atender a su clientela, en sus ratos libres aprovechaba para guardar todo tipo de recuerdos de la ciudad, así como recortar de los periódicos las noticias más importantes tanto locales como nacionales y guardarlas en sus entrañables álbumes. No exageramos al decir que parte de la casa en donde habitaba era un auténtico museo, que en su día fue donado por su hermana al archivo municipal.
También tuvo que aguantar a lo largo de su vida laboral alguna broma pesada por parte de la chiquillería que se aprovechaba de su debilidad, aunque nunca fueron de forma maliciosa. ¡Quién no recuerda a esos adolescentes que le preguntaban! ¿‘Pepito’, tienes Bisontes Sueltos? A lo que él, creyendo que eran los típicos cigarrillos sueltos que vendía, respondía afirmativamente, a lo que los jóvenes le contestaban: “ Pues átalos, que son muy peligrosos”.
‘Pepito’ era una persona muy generosa, ya que parte de las ganancias que obtenía con su trabajo, las entregaba a las monjitas del Asilo para que comprasen comida y se la diesen a las familias que pasaban calamidades. Igualmente se gastaba bastante dinero en enviar telegramas a todos los miembros de la Familia Real, por sus onomásticas, guardando siempre en sus álbumes, la contestación personal que recibía del Palacio de la Zarzuela.
Pero la mayor debilidad de ‘Pepito’ era su Virgen de la Antigua. Era miembro de su cofradía desde muy pequeñito e igualmente colaboraba económicamente en los gastos de la reparación del Santuario. Todas las mañanas y antes de dirigirse a su lugar de trabajo se acercaba a dar los buenos días a la Virgen y oraba de rodillas, varios minutos, pidiéndola su protección. No había procesión de la Patrona, el 8 de septiembre, en la que José Montes no acompañase a la Virgen con retratos suyos en sus brazos y medallas en su típico guardapolvos de color gris.
Su recorrido diario, por la calle Mayor, para dirigirse a su querido quiosco, se le hacía muy largo, ya que eran muchísimas las personas que le paraban para preguntarle por su salud, sus colecciones sobre Guadalajara e igualmente por sus queridas hermanas, que eran las que cuidaban día a día a ‘Pepito’. Otra de las cosas que le gustaba mucho y que oía todas las tardes, en el interior de su particular chiringuito era el programa radiofónico “ El Consultorio de Elena Francis” de Radio Intercontinental. Por eso, era muy típico cuando se paseaba por la plaza de Santo Domingo, el oír la melodía del maestro Víctor Herbet, con su tema Indian Summer, que ponía el fondo musical al programa que escuchaba muchísima gente, en la década de los años setenta.
En el año 1999, ‘Pepito’ recibió su merecida jubilación y al año siguiente y con motivo de la remodelación de la plaza de Santo Domingo, su típico quiosco de color verde, desapareció del lugar, dejando una huella imborrable. El 2 de abril del año 2001 y bajo el manto de La Virgen de la Antigua, ‘Pepito’, decía adiós a su querida Guadalajara y a sus gentes, de manera definitiva. El confesaba a sus más allegados que su sueño era que, el día que ya no estuviese en vida, una calle de su ciudad tuviese su nombre. Esperemos que pronto su sueño se haga realidad. Desde luego, él lo agradecerá desde el cielo.