Una Semana Santa fría y agridulce

02/04/2018 - 19:26 Redacción

El mal tiempo ha impedido, en parte,el normal desarrollo de los actos.

Emoción, sobriedad, silencio roto únicamente por las marchas, saetas, carracas y aplausos; admiración en la contemplación de la belleza de los distintos pasos; esfuerzo y sacrificio de cargadores y costaleros; el colorido aportado por las distintas cofradías y hermandades; la ilusión de los pequeños con sus hábitos de la mano de padres o abuelos siguiendo la tradición familiar; las miradas de amor a la imagen; teléfonos móviles y cámaras fotográficas captando la instantánea, vídeos inmediatos en las redes sociales; Iglesias llenas de fieles durante los numerosos actos litúrgicos; representaciones de la pasión y muerte de Cristo con la mejor ambientación y vestuario; Tradiciones que se rememoran desde hace siglos; las calles de los pueblos otra vez llenas despertando de un largo letargo... Son algunas de las estampas que nos deja  una nueva Semana Santa en la provincia marcada por la fidelidad al costumbrismo y por un tiempo más frío que en los anteriores años, con lluvia, viento y hasta nieve, que ha impedido en parte el normal desarrollo de los actos que tienen lugar en la calle obligando, por ejemplo, a la suspensión de la principal procesión de Guadalajara, la del Silencio y Santo Entierro, con la decepción, frustración y tristeza que ello ha causado en las cofradías participantes y en el numeroso público que ya estaba esperando su paso.  No ha habido que lamentar incidencias pese a la concentración de gente y sí cabe resaltar, sin embargo, el respeto en el seguimiento de los actos tanto por fieles y devotos como por el público en general, creyente o no, sabedor de la importancia cultural e histórica de estas manifestaciones populares. Finalizadas ya estas jornadas de especial significación para el mundo cristiano, de ocio y descanso para todos, que marcan la inflexión hacia el deseado tiempo de la primavera, toca este lunes, agradecer el trabajo de cuantos durante meses han preparado estas procesiones y pasiones vivientes, organizado los recorridos, velado por la seguridad y correcta celebración, participado o ensalzado la programación con su asistencia.