West Side Story: No hablamos de cine

12/01/2022 - 15:33 J. Pastrana

Tengo un recuerdo objetivamente difuso y emocionalmente preciso de la primera vez que vi una escena de la West Side Story original. Estaba en casa de mi abuela, debajo de la mesa. Creo que mis primos y yo a veces nos metíamos ahí para ver la tele. Tendría… No sé, muy poco años. Era Navidad, de cuando las navidades aún eran magia. Nunca me apasionó la película. Ni siquiera sé si he llegado a verla entera alguna vez.

Mi abuela hace muchos años que falleció… demasiados. Su casa ahora es de otra familia. También hace demasiado tiempo que no veo a mis primos y la Navidad ya no es tan mágica. Pero a pesar de todo, cada vez que pienso en West Side Story, cada vez que veo una de sus imágenes, vuelvo de inmediato a aquella noche, a aquellos años 80 y tantos, a la Navidad y la infancia.

No entendía por qué Spielberg había decidido rodar un remake de West Side Story. Tampoco lo busqué. Sin embargo, fue ver la escena inicial e intuir algo: Spielberg, el viejo Spielberg, había vuelto. Lo reconozco, no soy nada fan de sus trabajos como cronista de la historia americana. Le prefiero niño y soñador. Creí que West Side Story sería un paso más en la decadencia de un genio. Afortunadamente me equivocaba.

West Side Story aún puede dar un pelotazo. Ha empezado despacio en taquilla, posiblemente porque mucha gente ha pensado lo mismo que yo: ¿qué necesidad hay de esto? Pero la necesidad es tan simple como un corazón latiendo. Spielberg demuestra en cada uno de sus planos una energía e ilusión desbordantes. Quiere volver a coger al espectador de las entrañas, da igual que sepa el final de la historia, porque hay tragedias que siempre emocionan si están bien contadas. West Side Story solo necesita tiempo y fe para triunfar. Fe en que lo hará y tiempo para que quienes la han visto hagan eso que hacen a veces las personas: recomendarla de manera apasionada y decidida.

Todo funciona en la película, desde la puesta en escena hasta unas canciones que suenan mejor que nunca. El cine no puede ser más cine que cuando Spielberg está inspirado. Ansel Elgort y Racher Zegler (el doblaje puertorriqueño es lo único que me saca un poquito de la historia) aprueban con nota. Y Ariana DeBose es energía en estado puro… bueno, todos los número musicales lo son.

Al terminar la película, hay una dedicatoria: A papá. Curiosa frase para una película en la que no hay figuras paternas destacables. Un amigo me explicó el motivo. Resulta que  Arnold Spielberg y su mujer compraron el disco de West Side Story cuando Steven tenía 10 años. Les encantaba. A todos. Imagínenlos escuchando las canciones, bailando en familia. Seguro que Steven lo recuerda bien. Un recuerdo de esos que te ponen contento y triste a la vez, de los que te hacen volver a ser otro, que te inspiran a hacer algo grande. Estoy seguro de que en cierta forma compartimos el mismo sentimiento con West Side Story. El talento no, claro. El talento es solo de Spielberg. No la dejen pasar por alto. No hablamos de cine, hablamos de la vida. .  

 

En twitter: @CinefagoDe

 

West Side Story (2021, USA)

Dirección: Steven Spielberg
Música: Leonard Bernstein
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Rachel Zegler, Ansel Elgort, David Alvarez, Ariana DeBose, Rita Moreno, Mike Faist.