Carlota Bustelo


El 15 de diciembre de 1983 fue publicado el nombramiento de la primera directora del Instituto de la Mujer, la emblemática Carlota Bustelo, que por entonces ya llevaba meses trabajando en el Ministerio de Cultura, al que estaba adscrito el Instituto de la Mujer.

Este 2023 se han cumplido cuarenta años de la creación del Instituto de la Mujer, el primer organismo de nuestro país dedicado a promover la igualdad entre mujeres y hombres y que con el tiempo fue convenientemente replicado en la mayoría de las comunidades autónomas. El 15 de diciembre, pero de 1983, fue publicado el nombramiento de la primera de sus directoras, la emblemática Carlota Bustelo, que por entonces ya llevaba meses trabajando en el Ministerio de Cultura −al que estaba adscrito el Instituto de la Mujer− en esta tarea.

Aunque habitualmente dedicamos esta columna a recordar la historia de las mujeres tomando por referencia a las féminas vinculadas a la provincia de Guadalajara, en esta ocasión el reconocimiento es bien merecido para una mujer que, aun sin relación (al menos conocida por mí) con nuestra provincia, tanto ha hecho por mejorar la situación de todas las españolas, también las alcarreñas. 

Carlota Bustelo nació en Madrid en 1939. Estudió Ciencias Políticas y desde joven, cuando España todavía se encontraba subyugada por la dictadura, militó en el Partido Socialista. Sin embargo, si algo la ha caracterizado a lo largo de su vida es el activismo en el movimiento feminista y cómo intentó trasladar las demandas del feminismo al ámbito institucional.

Fue una de las pocas parlamentarias que formaron parte de las Cortes Constituyentes, si bien renunció a ir en las siguientes listas electorales como protesta por no incorporar estas un mayor número de mujeres. De aquella etapa sentía que su fracaso fue que la Constitución no recogiera ninguna especificidad en relación a la mujer y la educación, la planificación familiar, etc., aunque, en cambio, sí logro en 1978 que se despenalizaran los anticonceptivos.

Carlota Bustelo, en 1983. Fuente: Hoja del Lunes.

En marzo de 1983 fue designada asesora ejecutiva del Ministerio de Cultura, dirigido por Javier Solana, y unos meses más tarde subdirectora general de la Mujer con la intención de impulsar con decisión las políticas públicas de igualdad y, asimismo, de poner en marcha el Instituto de la Mujer, que inicialmente iba a denominarse Instituto de los Derechos de la Mujer.

Se mantuvo al frente del Instituto de la Mujer entre 1983 y 1988, y también formó parte de la CEDAW (en agosto 1983 España se adhirió por decisión del Congreso de los Diputados a la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, en vigor desde 1981). Gracias a ella y a su equipo, se pusieron en marcha políticas de igualdad efectiva, así como los primeros planes de igualdad. Ese año 83 fue un no parar, en agosto visitó España la ministra francesa de la Mujer, Ivette Roddy, quien, entre otras actividades, se reunió con Bustelo para transmitir su experiencia en la aplicación de la perspectiva feminista a la agenda pública, fortaleciendo así la dimensión internacional del Instituto.

Poco después de ese encuentro, se presentó ante la prensa el Instituto de la Mujer, cuyo proyecto de ley había sido recientemente aprobado en el Senado. Contaba entonces el organismo con un presupuesto de 707 millones de pesetas y se había propuesto el objetivo de fomentar las condiciones que posibilitaran la igualdad social de ambos sexos y la participación de la mujer en la vida económica, política y social.

Carlota Bustelo lo tenía claro en lo que a educación se refiere: «se pretende que la coeducación sea un hecho real y que los profesores tengan la preparación adecuada (…)». Tampoco se olvidó de los medios de comunicación, a los que apelaba a «velar por la imagen pública que se da de la mujer en la publicidad». Por otra parte, la primera campaña que se desarrolló en España para actuar frente a los malos tratos se llevó a cabo con el Instituto de la Mujer casi recién creado en colaboración con el Ministerio del Interior.

Respecto al aborto, defendió que su despenalización era una medida correcta, pero insuficiente. Para prevenir las interrupciones del embarazo, apostaba por una educación sexual igualitaria orientada a jóvenes y adultos, como también por la planificación familiar y la acción social, sobre todo cuando se trataba de mujeres desfavorecidas socialmente.

Y es que Bustelo fue un ejemplo de congruencia política, a menudo incómoda hasta el punto de que algún medio de comunicación la describió «la otra cara del PSOE, la cara feminista del partido en el poder». En este sentido, reproduzco unas palabras suyas que en mí resuenan con viveza: «Me di cuenta del lío en el que me metía, de las contradicciones que ello implicaba desde el punto de vista feminista (…). No se puede decir que no cuando te dan la oportunidad de poner en la práctica algo que tú has defendido durante mucho tiempo».

Para finalizar, quisiera suscribir lo dicho en homenaje a Carlota Bustelo por la Fundación Mujeres, de donde es presidenta de honor: «Toda una inspiración para nuestra labor cotidiana. Tomamos como modelo su determinación y su coherencia a la hora de defender los derechos de las mujeres (…)». Bustelo siempre lo tuvo claro: «Nuestra lucha beneficia a hombres y mujeres y, por tanto, cuanto más rápidamente vayamos, mejor para todos».

 Gracias, Maestra.