40 años del regreso de la radio a Guadalajara


En el otoño de 1982 la capital volvió a tener, no una, sino dos emisoras de radio locales: Radio Guadalajara, de la Rueda de Emisoras Rato y Ser Guadalajara. En la foto Juan de Dios Rodríguez, primer director de Ser Guadalajara.

Por Jesús Orea

Aunque Radio Popular estuvo emitiendo un programa desde Guadalajara, de martes a viernes, de 13,30 a 14 horas, durante cuatro años, entre 1978 y 1983, a través de su emisora madrileña de onda media y dirigido por el añorado VEGARMI, la capital volvió a tener, no una, sino dos emisoras de radio locales hace 40 años, en el otoño de 1982: Radio Guadalajara, de la Rueda de Emisoras Rato -a partir de 1990, Onda Cero-, y SER Guadalajara. Desde 1965, año en que cesó sus emisiones EFJ 9 Radio Juventud Guadalajara, la ciudad no había tenido emisora local de radio, debiéndose conformar con aparecer en las noticias radiofónicas a través de las informaciones esporádicas que servían corresponsales, especialmente los de Radio Nacional de España, siendo precisamente yo el último de ellos, sucediendo a Salvador Toquero y Roberto Albacete.

  RNE, a través de su entonces fórmula “Radio 5”, también instaló estudios y emisora local en Guadalajara en 1989 que es cuando concluí en la radio pública estatal mi labor como corresponsal. Se da la circunstancia de que también formé parte del equipo pionero de periodistas y locutores que puso en marcha SER Guadalajara por lo que puedo escribir en primera persona de aquellos años, para mí felices y feraces, en que la radio volvía a Guadalajara en un entorno de libertad sin ira. Pero, antes de ir a ese octubre del 82 en el que en España triunfó “el cambio” de Felipe González y en Guadalajara se recuperaba la radio local, vamos a retrotraernos en el tiempo para conocer los antecedentes de las emisoras de radio locales de la capital de la provincia.

Como antecedente efímero y remoto de la radio local alcarreña cabe señalar que, entre 1940 y 1942, funcionó en la capital una emisora de radio -también conocida como Radio Guadalajara-, de la que era propietario el Vizconde de Borrantes, cuyo equipo emisor, tras sufrir una importante avería después de sólo dos años de actividad, terminó siendo vendido e instalado en Cáceres. En 1954, doce años después de aquella huida extremeña de esa radio guadalajareña, comenzó a emitir Radio Juventud de Guadalajara, una emisora que sí que dejó huella en la ciudad la década en que estuvo en funcionamiento y por la que pasaron grandes periodistas y locutores como el inolvidable Martín Martín, Alicia López Budia, Salvador Toquero, Esperanza de Lis o Luci Pérez, entre otros. Destacada presencia tuvieron en las ondas de RJG periodistas y colaboradores vinculados a Nueva Alcarria como Domingo Cardero, Jesús García Perdices y, especialmente, Amador Rodríguez Ayuso, que fue el primer director de la emisora. Radio Juventud formaba parte de la entonces llamada “Cadena azul de radiodifusión”, dependiente del “Frente de Juventudes” y, por tanto, de la Secretaría General del Movimiento. En 1965 cesó sus emisiones, inicialmente de manera provisional al ser obligada a emitir, desde julio de ese año, en frecuencia modulada y abandonar la onda media, pero después resultaría definitivo ese cese, incluso después de haber hecho ya pruebas de emisión en esta nueva frecuencia. En la Guadalajara de aquella época se extendió el rumor de que el entonces ministro secretario general del Movimiento, José Solís Ruiz, cerró la emisora alcarreña para mejorar la de su pueblo, Cabra (Córdoba), que desde 1959 venía emitiendo con el nombre de Radio Atalaya y que, efectivamente, modernizó sus equipos de emisión en 1965 y tuvo vida bastante más larga que la emisora alcarreña pues dejó de emitir en 1991, cuando Radio Nacional de España cerró 24 emisoras de la antigua REM-CAR (Radiocadena del Movimiento), entre ellas la cordobesa. Hace algunos años que la radio municipal egabrense (gentilicio de Cabra), recuperó el nombre de Radio Atalaya. Puede que venga más a cuento de lo que parece y no me resisto a citarla aunque sea de pasada, la anécdota adjudicada a Solís Ruiz según la cual éste se cuestionó para qué servía ya estudiar latín, siendo contestado por un profesor de la Complutense de esta inteligente y sarcástica manera: “Por de pronto, señor ministro, para que a Su Señoría, que ha nacido en Cabra, le llamen egabrense y no otra cosa”…

Tras volver la vista atrás, sin ira porque soy hijo de la Transición, pero con ironía, porque soy periodista -y pido perdón por ello si hace falta, como Max Estrella en “Luces de bohemia”, vayamos ya con ese otoño del 82 en que las emisoras de radio locales volvieron a Guadalajara. El entonces gobierno de la UCD, con Adolfo Suárez al frente, decidió aumentar en 1981 la oferta de emisoras de radio en España en una medida claramente liberal. Estas nuevas emisoras emitían en frecuencia modulada (FM), que permite menos interferencias que la onda media (OM), aunque cubra menos territorio, y ofrece una mayor calidad de sonido, incluso en estéreo. La FM, por sus características (especialmente clase de emisión, frecuencia, ganancia y polarización de las antenas) es muy adecuada para radios locales con una potencia limitada; creo recordar que inicialmente fue de 250 W la que se concedió a Radio Guadalajara y SER Guadalajara.

Radio Guadalajara -Rueda Rato- comenzó a emitir precariamente, sin estudio y desde la caseta de su propia antena situada en El Clavín, unos días antes que SER Guadalajara. Fue el año después del malogrado periodista, Pablo Bodega, el primer locutor que tuvo la emisora de Rato, si bien solo emitió sus primeras semanas de vida dos horas por la mañana -de 12 a 14- y una por la tarde -de 19 a 20-. Ya en 1983 fue cuando se montaron los estudios de esta emisora en la calle Francisco Cuesta, en la octava planta de la torre de Ibercaja, y comenzó a funcionar con regularidad, amplitud horaria y programación propia. Fue el momento en que llegaron a ella dos grandes periodistas -y ahí sigue el segundo de ellos- “los dos Félix”, Torcal y García: El primero pasó después a dirigir RNE en Guadalajara cuando se instaló en 1989 y luego marchó destinado a Toledo, sede central de la radio pública estatal en Castilla-La Mancha. Junto a ellos, en aquella pionera etapa de Radio Guadalajara, estuvieron también locutores, periodistas y DJs de los que recuerdo solo algunos nombres: el ya citado Pablo Bodega, Mila Pérez, Clota Martín o Susi Pastor, el “niño mimado” de la canción de Los Secretos que falleció muy joven. El primer director de esta emisora, o al menos el primero que dejó huella por su tiempo de paso y carisma, fue Eusebio Iglesias quien, después, redirigió sus pasos profesionales hacia Zamora. Esta emisora se caracterizó, cuando era de la Rueda Rato, por abrir sus micrófonos a gente que nos incorporamos a ella con proyectos personales colaborativos, sin percibir ningún salario por ello. Javier Borobia y yo, sumándose después un grupo de buenos amigos como José Antonio Alonso, Marcelino Ayuso o Doroteo Sánchez, entre otros, hicimos durante casi 10 años, entre 1985 y 1994, un programa/tertulia -entonces formato novedoso- que titulamos “El Guardilón” y del que he tomado prestado el título para esta columna fija de Nueva Alcarria.

SER Guadalajara vino con muchos medios materiales y humanos a Guadalajara, al final del verano y principios de otoño de 1982. Su primer director, Juan de Dios Rodríguez, que permaneció cinco años en el cargo para después pasar a dirigir Radio Valladolid y Radio Albacete, hizo un excelente trabajo y conformó un gran equipo para “la radio amiga”, el eslogan que proclamaba su precioso “jingle” de promoción, compuesto por el gran Chema Purón. El primer día oficial de emisiones de la SER en Guadalajara fue el 28 de octubre de 1982. El equipo pionero de periodistas, locutores y DJs de esta emisora lo conformamos: Enrique Martínez de la Casa -actual director de la UNED en Talavera-, Olga Flórez -productora televisiva de potente curriculum, con honda huella en Mediaset y T5, y actualmente directora de programas en Fénix Media Audiovisual-, Antonio Fernández Ramos –una de las mejores voces de locución y doblaje de España-, Toño Martín -un DJ y comunicador de lujo, además de una persona empática y arrebatadora, al que la radio llevó a Sevilla-, Vicenta Cobo -sensible periodista alcarreña que lleva tiempo por Asturias-, Alicia Morales -gran periodista local que acaba de jubilarse en RNE, en Guadalajara, y de cuya primera redacción formó parte también-, Evaristo Olcina -veterano y acreditado periodista, actual concejal de Deportes del Ayuntamiento de la capital y que inició su colaboración con la emisora como corresponsal de Alcalá-, Pedro Madrid -un gran técnico y locutor al que perdí la pista  hace unos años en Cuatro TV haciendo plató-,  “Kike” Pastor -el buen peñalvero que aún continúa trabajando en los estudios de la SER en la calle Amparo- y yo mismo que me incorporé a ella por mediación de Basilio Gassent, entonces director de programación de la SER a nivel nacional y a quien conocí cuando me entregó un premio regional de periodismo, unas semanas antes de inaugurase la emisora. Ángel Tamayo, Mercedes Nuero y Pepe Quirós también hicieron un gran trabajo fuera de antena. Junto a Olga Flórez y Alicia Morales, yo hice el informativo de noche durante varios meses, hasta que la incompatibilidad real y ética, más que legal, de ese trabajo con el de funcionario de la Diputación me hicieron tomar la dolorosa decisión de dejar la SER, mi ya para siempre querida SER Guadalajara. Un año después de que la capital tuviera dos voces locales propias en las ondas, un estudio de audiencia dio a la emisora de la SER un impacto de casi 16.000 oyentes por 6.880 de la de la RATO y otros tantos de la emisora regional de RNE. Sin duda, la radio había enganchado a los guadalajareños porque se puso mucha pasión, ilusión y profesionalidad al hacerla. Doy fe de ello.