A la expectativa ante la reapertura de la Cueva de Los Casares
El poblado hispano musulmán listo para recibir los primeros visitantes.
El mayor foco turístico del municipio, con el permiso del Valle de los Milagros, se encuentra en una situación de incertidumbre. Según fuentes de TRAGSA, quién mantiene la encomienda de gestión del yacimiento, la nueva normalidad vislumbra un futuro a corto plazo con pocas luces y muchas sombras. Hasta la fecha, y con la entrada en la fase tres en el horizonte, no hay ninguna norma que clarifique cómo se van a desarrollar las visitantes al abrigo rupestre de "Los Casares". Se está valorando que el acceso a la cavidad no vaya más allá de la entrada a la misma. Éste hecho provocaría que no se pudiera acceder al interior y las explicaciones del monumento nacional se limitarían a los vestigios que ofrece el recibidor de la gruta. Por tanto, quedarían sin poder verse los grabados del interior de los senos. Las peculiaridades de este templo rupestre, la poca ventilación interior, el acceso limitado en cuanto a número de personas por grupo y otros aspectos que se plantean desde la autoridad sanitaria provocan que no se arroje luz sobre cómo y de qué manera se va a producir la reapertura. Hay que recordar que durante el pasado pasaron por ella un total de mil doscientos visitantes, aumento considerable con respecto a las últimas anualidades. Y todo esto cuándo ésta temporada se iban a hacer públicos los últimos hallazgos de las excavaciones que llevan a cabo los investigadores de la Universidad de Alcalá Manuel Alcaraz y José Javier Alcolea. Entre estos nuevos aportes, el descubrimiento de nuevos grabados.
Sin embargo, no todo son malas noticias para el yacimiento. Y es que en la ladera que alberga la oquedad, se encuentra el poblado hispano musulmán homónimo, conjunto que se completa con la atalaya situada en lo más alto de la pedriza. Pues bien, tras muchos años de abandono, en cuánto a cartelería se refiere, la empresa pública ha procedido a restaurar los paneles informativos. El horno de yeso, la gran casa palacio, la propia torre defensiva o la llamada casa de las tenerías, cuentan con nuevos vinilos que desarrollan la actividad de este poblado califal que fue abandonado hacia el siglo XII y que mantuvo alguna actividad ganadera e industrial trescientos años después. Junto a la normalización de estos textos también se ha procedido a la limpieza y desbroce del espacio arqueológico, que ya se encuentra en estado de visita y está preparado para recibir a los primeros turistas tras estos meses de inacción.