Autoridad y seguridad

Estamos en el mes de octubre y la celebración de las festividades de la Policía Nacional, Local y Guardia Civil lleva un año más al análisis sobre la realidad de la delincuencia en nuestra provincia, cifras y datos de crímenes, tipologías, balance de actuaciones, principales operaciones… y reconocimientos a integrantes de estos cuerpos, porque, además de ser las instituciones más valoradas y queridas por la sociedad, requieren del aplauso de compañeros y mandos. Son días de fiesta, pero también de reflexión.
  El comisario principal, Ángel Luis Alcázar, fue claro en su intervención durante el acto de los santos ángeles custodios, en el que por cierto se reconoció la labor de Nueva Alcarria. Cada vez existe una menor protección de la figura de los agentes del orden, enumerando una serie de sucesos de agresiones, insultos, falta de respeto, que revelan consentida pérdida de autoridad, siendo percibidos por determinados sectores, además, como enemigos de su causa. Algo similar pasa con el profesorado al que cada vez se le permite menos ‘mano dura’ en las clases ante la indisciplina o actitudes recriminables del alumnado. Debemos condenar siempre los abusos de autoridad, que los ha habido sin duda entre maestros con la mano larga o policías de fácil porrazo, pero de ahí a permitir que se les grabe en el ejercicio de su trabajo o no ayudarles a imponer la ley y el orden cuando sea preciso con los medios necesarios- siempre dentro de la proporcionalidad razonable- va un abismo. Requieren de mayor respaldo por parte del poder político, recursos materiales y empatía de todos en su labor de garantes de la seguridad, uno de los pilares fundamentales del estado de Bienestar. 
  Felicidades a los distinguidos y  gracias a todos los integrantes de las fuerzas de Seguridad.