La Inteligencia Artificial logra una insólita, mágica y extraordinaria felicitación navideña
El Ayuntamiento de Cobeta ha hecho uso de a Inteligencia Artificial para llegar al corazón de sus vecinos. La imagen que acompaña a la felicitación navideña ha sido una realidad gracias a que ha utilizado la Inteligencia Artificial para su elaboración. El resultado, tal y como se puede apreciar, es asombroso, con una plaza de ensueño; todos juntos celebrando la Navidad.
El trabajo ha sido una realidad gracias a la labor del equipo municipal, conformado por el alcalde, Pedro Hernández Berbería; Saul López, teniente de Alcalde; Herminio Tello; Miguel Heredero y Rafael Delgado, gracias a la iniciativa de Lucas Tello Barbería, un joven del pueblo que fue el encargado del arte final, debido a sus conocimientos sobre la materia.
"Que paséis unos días dichosos con los vuestros, si es en Cobeta, mejor", reza. Compartiremos la hoguera y la ilusión de los niños a quienes visitarán Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente el próximo día 28". Utilizó tecnología de vanguardia para exaltar lo más tradicional de la Navidad.
Y hace un llamamiento: "Quien pueda, que guarde un poquito del amor de su corazón para quien carece de él". Recuerda que "celebramos que hace más de dos mil años alguien nos trajo un mensaje de paz y amor, y en los mismos lugares, hoy, la gente sufre una guerra fratricida. ¿No aprenderemos nunca?"
Desde el Consistorio se proclama que "la guerra es la mayor de las injusticias, y siempre la pagan inocentes". Por eso pide "otro poquito de amor para nuestro planeta, aunque ya no podremos legarlo como lo recibimos, no lo empeoremos más aún".
Cobeta quemó ayer por la noche su tradicional hoguera de Nochebuena, una tradición centenaria, que acogió a los hijos de la localidad llegados de toda España y que hacen que este pequeño núcleo pase estos días de los 60 habitantes a los 200. La cita navideña acogió a residentes, personas llegadas de Barcealona y Madrid, principalmente, así como de otras de 17 nacionalidades diferentes que al calor del hogar saborearon unos dulces y bebieron el cautivador contenido de las botellas de sidra y cava puestas por el Ayuntamiento, que por ende fue el que aportó los troncos. Los primeros se fueron a las dos, pero los más animados permanecieron hasta las cuatro e incluso ocho de la mañana, charlando en corrillos, para más tarde empalmar con la misa de Navidad.
Como todos los años –remarca el primer edil- “fue algo muy mágico que a los más veteranos nos recuerda cómo cogíamos la madera del pinar y la bajábamos”. Pedro rememora que “todos los años intentábamos coger una copota más alta que la del anterior; lo bajábamos entre 20 ó 30 mozos. Intentábamos cortar la más alta si nos dejaba el forestal”.
La copota se pone en el centro de la hoguera y es soportada por los troncos que van a ser quemados. “Cualquier hijo del pueblo se queda prendado con nuestra hoguera, pero el momento mágico es cuando se quema y se cae la copota”, concluye.