De la ciudad a los pueblos

11/07/2021 - 09:46 Pedro Villaverde Martínez

Este regreso estival busca en gran medida la fiesta del patrón, que de alguna manera, y pese a la pandemia, se celebrará.

Ha llegado el verano, momento de viajar a los pueblos en busca de descanso, pero también de diversión. 

Nuestros pueblos, de los que nuestro periódico viene cada semana ocupándose en sus páginas, van a despertar del letargo, o mejor monotonía invernal, y van a verse invadidos en el mejor sentido de la palabra, por cientos y a veces miles de personas en busca de sus raíces una vez más, de temperatura más fresca, de nuevas convivencias.... Muchos hijos del pueblo y otros afines van a trasladar su forma de descanso a los pueblos, y con ellos la diversión.                                                                                               No son ya nuestros pueblos los de antes. Las gallinas ya no corretean por las calles, ni se oye el canto del gallo al alba, ni el cuerno del cabrero, ni el paso herrado de las caballerías camino de la dura jornada de trabajo... Estampas e imágenes para el recuerdo. Nostalgias para quienes las vivimos, aunque comprendamos todos que la vida de ahora es mejor, más cómoda.

Este regreso estival busca en gran medida la fiesta del patrón, que de alguna manera, y pese a la pandemia, se celebrará Y, aunque es conocida la frase de “a mi santo que no me lo toquen”, todos se ponen de acuerdo para celebrarlo en la fecha más idónea...Cada fin de semana suele ser un ensayo de verano anticipado, porque para muchos es casi un ritual pasarlos en su pueblo natal o de adopción.

Tanto trasiego de público conlleva riesgos en nuestras carreteras y bosques que debemos evitar en lo posible. Los pueblos son los pulmones de nuestras ciudades. La carretera es un peligro a evitar, la prudencia, una virtud a practicar. Los incendios son una amenaza para la conservación de esos pulmones. También aquí la prudencia, la precaución, el sumo cuidado se hacen imprescindibles.

Los tiempos han cambiado y cambian a velocidad de vértigo. Los tiempos son distintos, con cosas mejores y otras no tan buenas, pero en general podemos afirmar que todo progreso es una conquista de bienestar. En nosotros está la responsabilidad de hacer que todo retroceso que el progreso pueda conllevar en algunos aspectos sea minimizado, y sean los aspectos positivos los que destaquen.