La iglesia de El Salvador
La celebración este sábado de una misa flamenca, organizada por la Fundación Siglo Futuro, que dirige nuestro querido amigo Juan Garrido, oficiada por nuestro también buen amigo desde hace bastante tiempo ya, Jesús Mercado, nos recuerda la belleza de este lugar.
Lo visitamos, creo recordar, por vez primera hace algunos años, poco antes de la pandemia. Sentimos entonces una buenísima sensación al verla y además en pleno funcionamiento, pues allí asistimos a la misa vespertina del domingo con gran asistencia de público y tuvimos la ocasión de contemplarla. Mientras un grupo de personas hacían oración, nosotros tuvimos la gran suerte de tener un guía que nos explicó la parte central al más mínimo detalle, que quiero recordar se llamaba Alfredo, de exquisita amabilidad, además de una gran sabiduría. Nos llamó, y mucho, la atención la detallada descripción que nos hizo de todo el complejo.
Suponemos que a estas alturas de la vida serán ya casi todos los vecinos de la ciudad los que en algún momento se habrán acercado a verla, pues merece la pena por su singularidad.Si falta alguien no dejen de hacerlo. Hoy queremos volver a agradecer a cuantos, que serán muchos, han contribuido y tal vez o seguro seguirán contribuyendo al sostenimiento de obras como esta, que no sabemos si estará del todo pagada. Se ha dicho muchas veces que las catedrales son signos de la fe de los pueblos y sus gentes y nosotros así lo creemos también. Nuestro amigo Jesús y todos ellos pueden sentirse orgullosos de ello. Nos ha gustado muchísimo todo el complejo y tal vez, o seguro, que no alcanzamos a entenderlo y admirarlo en lo que se merece. Para Jesús y cuantos con él han hecho y siguen haciendo posible que templos como éste o mejores sean una realidad, nuestra admiración y reconocimiento. La iglesia en general sigue siendo un motor vital para cualquier generación y en cualquier tiempo.