De trenes e inflación


El 1 de septiembre entró en vigor la promesa de Pedro Sánchez anunciada en julio en el debate sobre el estado de la nación de que en el último trimestre de 2022 serían gratis los abonos de trenes de cercanías y de media distancia, así como de los rodalies en Cataluña.

El 1 de septiembre entró en vigor la promesa de Pedro Sánchez anunciada en julio en el debate sobre el estado de la nación de que en el último trimestre de 2022 serían gratis los abonos de trenes de cercanías y de media distancia, así como de los rodalies en Cataluña. Es una medida que como alcarreños nos interpela, pues gran parte de la población de Guadalajara y de los municipios próximos se traslada cada mañana a trabajar a la Comunidad de Madrid en transporte público. Pues bien, a la semana siguiente de ese anuncio del presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados, se cumplía la crónica de una muerte anunciada en un área rural amplia por la que circulaban los trenes de RENFE. Y es que el 19 de julio de 2022 se escribió el punto y final a la Historia comenzada en 1883 cuando empezó a estar operativa la línea de ferrocarril convencional Aranjuez (Madrid)-Cuenca. Se había constituido por escrituras en 1867 para su construcción, siendo autorizada por Real Decreto sancionado por "la de los tristes destinos", en palabras de Benito Pérez Galdós, cuando le quedaba a la monarca solo un año para ser enviada al destierro. Y poco después decidieron continuar la explotación hacia Alicante. En el debut de su primer tren, el 12 de julio de 1883, reinaba Alfonso XII. 139 años de viajes, llegando hasta Valencia, aunque este tramo cesó en su funcionamiento en enero de 2021, coincidiendo con los daños causados por la borrasca Filomena🌬. 

 

En el siglo XIX el tren irrumpió en España como fuente de progreso. La primera línea estuvo en Ultramar, en Cuba, siendo inaugurada en el trayecto La Habana-Bejucal-Güines el 19 de noviembre de 1837. Fue la séptima del mundo. Luego se sumaron en la España peninsular las líneas ferroviarias Barcelona-Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez (1851). Las compañías se disputaban la construcción de nuevos trayectos, como si se tratara de la expansión de la red neuronal (a la que se tenía cohibida por la falta de escuelas y de sensibilidad hacia la educación como derecho fundamental e inalienable). El marqués de Salamanca, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, su segundo marido -el taranconero Fernando Muñoz, a la sazón duque de Riánsares- y otros muchos personajes decimonónicos se enriquecieron. A veces se construían raíles de plata en algunos tramos para que los inaugurara la familia real. Isabel II se mareó por la velocidad en el trayecto del tren de la fresa.

 

Nuestro abuelo Ángel se desplazó mucho en tren, nos decía que siempre había viajado en primera. Como empresario de caballerías, el ferrocarril le permitía trasladar sus caballos,  yeguas, mulas, machos, asnos, burritas, etc., desde Galicia a la Alcarria con escala en Madrid. Y María y yo, antes de existir AVE a Levante, hemos viajado a Valencia en él. Desde 1942 la línea fue ampliándose hacia Valencia primero con el tramo Enguídanos-Utiel. Paulatinamente se fueron incrementando también las paradas en los pueblos de la provincia de Toledo (desde Ontígola hasta Ocaña, pasando por Noblejas, Villarrubia de Santiago y Santa Cruz de la Zarza) y conectando más de tres decenas de municipios de Cuenca, desde la comarca de Tarancón hasta Cardenete, Carboneras de Guadazaón, La Melgosa y Mira. 


 

Estaciones con Historia que además informaban a la ciudadanía mediante placa de la altitud sobre el mar. Por ejemplo, la estación de El Rebollar, en Requena (Valencia) fue abierta el 1 de octubre de 1885 con la finalización del tramo Sieteaguas-Utiel de la línea que pretendía unir desde el principio Valencia con Cuenca pero se detuvo en Utiel. Actualmente la nueva estación de Requena-Utiel, a la altura de San Antonio de Requena, es la única parada posible entre Cuenca y Valencia  dentro del trazado de la línea de alta velocidad de 2010. La concesionaria era la Sociedad de los Ferrocarriles de Cuenca a Valencia y Teruel, que desde 1886 se llamaría Compañía de los Caminos de Hierro del Este de España. Había frecuentes desprendimientos de tierras y hubo accidentes que hicieron que MZA se hiciera cargo, reinaugurándose el 5 de septiembre de 1885. Era una época de competencia casi desleal entre las compañías a falta de monopolio ferroviario estatal. En 1892 la Compañía "Norte" (antagonista de MZA, siglas que están en la estación de Atocha) logró la anexión con la "Este", manteniéndose hasta la nacionalización de la red de ancho ibérico y la creación de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, RENFE, en el primer franquismo,  en 1941.

Un total de 353 kilómetros de vía de los que 237 km transcurren, entre el Tajo y el Mediterráneo, por Castilla-La Mancha, con numerosos puentes y túneles.