Descubriendo Villanueva de la Torre


Cerca y muy poblado, el lugar de Villanueva es como una gran urbanización donde la gente vive y disfruta. Sin embargo, también este lugar tuvo una historia pretérita larga y nutrida, y de sus pocos monumentos cabe hacerr reseña, porque tienen su valor.

 Nació esta población, en las márgenes de un vallejo interior, en ambas márgenes del arroyo de las Monjas y entre los arroyuelos del Majuelo y de la Morería, sobre las terrazas que forma el río Henares en su orilla derecha. Subiendo desde Azuqueca estas terrazas, se alcanza una meseta que se ve surcada por este vallejo, al que tradicionalmente se denominó “arroyo de las Monjas”, sin duda porque como en otros lugares de la Campiña, los conventos de clarisas y bernardas de Guadalajara tenían numerosas posesiones. Durante siglos fue pequeño y recogido, como aislado de todo, con una incidencia visual de ámbito muy reducido, a no ser por la torre de su iglesia, que siempre destacó en el entorno. Sin embargo, por delante de su iglesia y edificio concejil pasaba una cañada y transitado camino. Siempre en su término, aunque hoy al haberse despoblado ha quedado adscrito a Meco, y a orillas de la antigua «Cañada Real», se encontraban los restos ruinosos de la aldea y templo de Bujes, (lo que hoy se conocen como “cuevas de Bujes”) en el que tuvieron casa, entre otros personajes de la nobleza arriacense, el doctor Luis de Lucena y el historiador Medina de Mendoza.

Pero Villanueva ha protagonizado, en los últimos años, uno de los fenómenos más sorprendentes de desarrollo en urbanización y crecimiento poblacional. De ser hasta hace unos años una aldea de pocos cientos de habitantes, el último censo de enero de 2024 la otorga una cifra de 6.603 habitantes, y sigue creciendo… En el llano al mediodía del antiguo pueblo han surgido verdaderas ciudades y urbanizaciones que centran una vida plena y dinámica, desarrollada en torno al Plan de Ordenación Municipal que se promulgó en 2005. Precisamente el haber sido lugar de paso durante muchos siglos, de gentes importantes, guerreros y viajeros, la ha hecho abierta y lúcida: Villanueva es hoy, además, un lugar amable donde se vive con comodidad y alegría.

El atrio renacentista de Villanueva de la Torre.

Si Bujes fue cabeza de un sexmo de la Tierra de Guadalajara, Aldeanueva fue aldea de su Común, siguiendo en su jurisdicción hasta el siglo XVI, en que fue declarada villa y sometida a la única autoridad y señorío del Rey. Cuando los de Villanueva redactan las Relaciones [Topográficas] en 1575, dicen que el dicho lugar de Villanueva es aldea y jurisdicción de la ciudad de Guadalaxara, como dicho tienen, y que es de la corona Real de Su Magestad, y lugar mui antiguo. Los informantes, que solían ser los más viejos (y sabios) del lugar, dicen respecto al terreno que la calidad de la tierra del dicho lugar de Villanueva es pequeña su dezmeria, y es bueno y es tierra templada llana y rasa, y mui falta de leña y es tierra sana. Pero recelando que la Relación se hiciera para mejor controlar los impuestos, se declaran pobres, añadiendo: que ay haciendas de tierras labrantias, y otros bienes del Monesterio de Santana de la villa de Tendiella, y de Francisco Alvarez, y de Don Antonio de Mendoza, y de Don Francisco de Zúñiga, vecino de Guadalaxara, y del Monesterio de la Concepcion de la dicha ciudad, y de otras personas vecinos de los lugares de Bujes, y Meco, Alhovera, Azuqueca, Cavanillas, Valdaveruelo, Usanos, Camarma, que tienen de tres partes las dos de los heredamientos del dicho lugar de Villanueva. Y al describirnos el aspecto del lugar, y la forma de sus edificios, se nos cae un poco el alma a los pies, al leer que la suerte de las casas y edificios que ay, y se vsan en el dicho lugar de Villanueva, son de poco valor y son de tapieria de tierra, y cubiertas de sus texados, y algunas cubiertas con paja… Tenía entonces 60 vecinos, con unos 240 habitantes, cantidad que se mantuvo durante siglos sin apenas variación. Es curioso constatar la diversidad de opiniones que, al menos en el siglo XIX, se produjeron sobre Villanueva entre los redactores de los famosos “Diccionarios Geográficos” al uso. Sebastián de Miñano, en 1828, dice que Villanueva “es insalubre y poco feraz, pues sólo á fuerza de trabajo produce algún trigo, cebada, centeno y avena”, y añade esta extraña aseveración: “su fatal clima influye también en el carácter de los habitantes.” Mientras que en 1850 don Pascual Madoz afirma “que está situado en un delicioso valle, con clima templado y sano; produce cereales, legumbres y pasto...” Añadiendo que tiene unas 70 casas, con escuela de instrucción primaria pagada con fondos públicos. Tenía 65 vecinos (258 almas) frente a los 62 (con 276 habitantes) en época de Miñano. Esa es la cifra que mantuvo más o menos todo el siglo XIX.

Entrada a las urbanizaciones de Villanueva

En orden al patrimonio, sólo presenta de interés el edificio de su iglesia parroquial, dedicada a la Virgen María. En el siglo XVI, los vecinos decían en su “Relación” que en el dicho lugar de Villanueva ay solo una Iglesia, que es la parroquial del dicho lugar, y es de la vocacion de Nuestra Señora, y ay en ella una capilla de Montenegro, y es de la vocacion de nuestra Señora de la Concepcion. El que la dotó está en Indias, y no tiene ninguna renta, que ellos sepan. Se trata de una construcción del siglo XVI en su primera mitad, situada en alto sobre el pueblo, como sobre una plataforma elevada. A mediodía se abre el atrio, formado de columnata de tipo toscano, de bien tallado sillar sobre corrido apoyo, con medallones de decoración floral en las enjutas, y sencillos mensulones en las claves de cada uno de los seis arcos que le forman. En el atrio quedan vestigios de antiguas lápidas renacentistas. Una portada de escuetas líneas y arco de medio punto entre pilastras con óculos ciegos en las enjutas y cartela con tema vegetal en la clave, da paso al interior, de una sola nave, con muros de ladrillo y recuadros de tapial revestidos con canto rodado; la nave está cubierta con alfarje sencillo, tiene coro alto a los pies y arco triunfal en la capilla principal con temas barrocos en el intradós. A un lado del altar mayor está, iluminada y con flores, la imagen blanca y pura de la Virgen del Amor Hermoso. La única efigie antigua que se conserva es la imagen de San Roque. En el lado del Evangelio una capilla se cubre de bóveda gótica de crucería, antigua, mientras que la capilla presbiterial fue rehecha en el siglo XVII. En un extremo del templo se alza graciosa torre de fábrica de ladrillo, sillar y sillarejo que da nombre al pueblo. Esta torre, de planta cuadrada, aloja el baptisterio en su parte inferior y es de ladrillo con tema de bolas del siglo XVI en la cornisa.        Además hay algunas, muy pocas, casas antiguas. El Ayuntamiento es curioso, aunque moderno, y frente a él todavía un edificio muestra un escudo con un castillo tallado.

La iglesia renacentista de Villanueva de la Torre.

En cuanto a las fiestas, decían los de Villanueva, a finales del siglo XVI, que en el dicho lugar de Villanueva tienen por debocion, vso y costumbre de guardar, y tener por vigilias la víspera de Corpus Xpti. y de Santagueda, y San Sebastian, y holgar los días de Santagueda, y San Sebastian, y que esto se tiene por uso y costumbre, en el dicho lugar, y dicen que es voto y devoción de él. Hoy se celebra mucho a Santa Águeda, con fiestas protagonizadas por las féminas de la localidad, que se visten con el traje típico de la provincia. Es en torno al 5 de febrero. Y las fiestas del 6 de mayo también son sonadas.