Dieciocho años después
Vivimos momentos históricos con una pandemia y una guerra en Europa pero si retrotraemos el reloj a hace 18 años también reviviremos tiempos convulsos con un atentado que se cobró 11 vidas en Guadalajara, manifestaciones históricas y elecciones generales con cambio de Gobierno.
La humanidad vive días históricos con una guerra en Europa y una pandemia que cumple su segundo año pero si retrotraemos el reloj a hace 18 años, justo una generación, reviviremos fechas también señaladas para nuestra provincia y país. El viejo continente sufrió el atentado terrorista más duro de su existencia con 193 fallecidos, tenía lugar en España y se cobraba la vida de 11 personas de Guadalajara.
Aquella mañana del 11 de marzo estaba prevista la presentación de la nueva etapa de este periódico como diario en la Feria Apícola de Pastrana. Quedó suspendida. La redacción bullía, pronto llegaban noticias de muertos y heridos en la provincia, historias que nos eran cercanas. Al día siguiente, viernes, más de cien mil personas salían a la calle, bajo el paraguas, en una concentración en la que impresionaba el silencio respetuoso con el que la gente lloraba a las víctimas, les rendía homenaje y clamaba por la derrota del terrorismo abrazando los valores democráticos. El sábado, más de dos mil personas participaban en un multitudinario funeral en el Fuerte de San Francisco y el domingo, consternados, después de una adulterada jornada de reflexión, votábamos con una elevada participación y aunque en la provincia ganaba el Partido Popular en el conjunto nacional Rodríguez Zapatero vencía a Rajoy, volteando todas las encuestas.
Mi teléfono sonó aquel viernes por la tarde y la voz cortada de una amiga me decía que Inés había muerto. Era una enfermera de 30 años que aquella mañana había cambiado su turno e iba a trabajar al Hospital. Vivía en Alcalá con su pareja, Víctor, buen amigo de la Universidad, y no llegó a su trabajo. En la memoria recuerdo hoy su sonrisa, vitalidad y alegría por las calles de Guadalajara en las ferias, disfrutando de nuestro toro de fuego, paseando por el viejo ferial de Adoratrices, viajando con ella seis en un coche al que la Guardia Civil paró y gracias a su simpatía dejó continuar. Volvíamos de las fiestas de Azuqueca. Nunca más nada fue igual para nuestro grupo de la Universidad que no la olvidamos, ni para millones de personas. Descansen en paz Inés y todas aquellas víctimas. Nunca olvidemos lo que pasó aquel día.