Godzilla Vs Kong: Dos bichos gigantes, estopa y la lógica justa... Qué gozada

30/03/2021 - 14:13 J. Pastrana

Adam Wingard firma un entretenimiento sin más aspiración que la de hacer pasar un buen rato al espectador. Un producto muy del siglo XXI con alma de historia pulp perfecto para una tarde de cine y palomitas. 

El enfrentamiento definitivo entre los dos grandes iconos del cine de monstruos no es ni mucho menos una película redonda. Seamos sinceros, hay niños que se despiertan una mañana en su casa y se acuestan en Hong Kong gracias a un viaje delirante. Señores que aprenden a manejar aviones de última tecnología así como por encanto.  Y… ¿y a quién carajo le importa eso, verdad?

La línea que salva una película del ridículo puede ser muy fina. A veces es el ritmo lo que evita la caída al precipicio. Otras, la capacidad para fascinar, para distraer y hacer que el espectador mire una mano mientras con la otra el director se saca un moco de la nariz. No hablamos de una película que ha limado todas las aristas hasta lograr que el puzzle encaje a la perfección. Hablamos de un divertimento en el que no nos importa que alguien se lie a golpes con una pieza hasta conseguir que esté donde debe estar.

La mejor declaración de intenciones que podría hacer Windgard está al principio de la película. King Kong se despierta en su Isla Calavera y va realizando rutinas diarias al ritmo de una divertida musiquilla. Es imposible tomársela en serio. Y a partir de ahí, nada de lo que ocurre va a suponer un engaño para el espectador.

El pecado de Godzilla Rey de los Monstruos fue tomarse demasiado en serio a sí misma y sus personajes. Godzilla Vs Kong no lo hace. Ahora bien, consigue algo muy propio del cine de los 80, ese que tanto se homenajea formal, pero no espiritualmente. Windgard mezcla comedia y tensión con eficacia. La risa no acaba con la sensación de peligro. Establece un tono claro para la película… al menos para gran parte de ella. Porque si todo lo relacionado con el grupo de Alexander Skarsgard funciona, sobre todo ese viaje a la tierra hueca que recupera el encanto de la exploraciones presente ya en la Isla de la Calavera y el tramo acuático de la anterior entrega de Gozdilla, no ocurre lo mismo con el de Millie Bobby Brown.

Nuestra antaño adorada Eleven sigue siendo presa de la perfección que se le presupone a sus personajes. Siempre tan lista, tan dispuesta y preparada. Es difícil empatizar con ella. Mucho más que hacerlo con las otras dos protagonistas de la película. El único motivo por que el Millie y sus acompañantes no terminan de aburrir es simplemente porque su trama paralela resulta casi terciaria, con giro para que encaje en el momento justo, pero intrascendente y hasta fácilmente eliminable del montaje.

Godzilla Vs Kong es el divertimento que necesita en estos momentos quien quiera pasarlo bien… y entrar al juego que propone: dos bichos enormes dándose estopa mientras los humanos miran desde abajo. Es puro delirio pulp con mucha testosrena y poca moralina. Ritmo con la lógica justa y a veces sin ella, pero un divertimento honesto con el espectador, siempre habrá gente que se sienta ofendido o tomado por tonto, eso es así. Un buen producto para los ojos que quieran degustarlo. Y sobre todo, un producto para pantalla grande y palomitas.

PD: Yo soy más de Kong y Wingard también. De hecho, Kong es más de nosotros. Godzilla es un largato que va a lo suyo. Siempre mejor un mono que un lagarto. Ahí subtexto a explorar en eso. 

En Twitter: @CinefagoDe

 

Godzilla vs. Kong (2021, USA)

Dirección: Adam Wingard.

Guion: Eric Pearson, Max Borenstein (Historia: Terry Rossio, Michael Dougherty, Zach Shields)

Reparto: Alexander Skarsgård, Millie Bobby Brown, Rebecca Hall, Kyle Chandler, Demian Bichir.