Dos ediles de Vox en El Casar pasan al grupo de no adscritos y dejan la alcaldía en el aire

Las concejalas Olga González y Corinne Basarot, elegidas por Vox en el Ayuntamiento de El Casar (Guadalajara), han anunciado su renuncia al partido y su paso al grupo de no adscritos en el Consistorio. En una carta dirigida a los vecinos de El Casar y Mesones, ambas explican que su decisión responde a "un profundo análisis y reflexión", priorizando los intereses del municipio por encima de "cualquier convicción partidista".

En el comunicado, las ediles critican duramente la gestión del equipo de Gobierno local, al que acusan de actuar únicamente "en base a intereses ideológicos" y de no permitir la aplicación de políticas que beneficien realmente a los ciudadanos. Alegan, además, varios motivos: la falta de reuniones del equipo de gobierno, la negación de recursos materiales y económicos para ejercer sus funciones, la ausencia de transparencia y comunicación, las publicaciones malintencionadas y filtraciones internas, así como una "campaña electoral perpetua" de algunos miembros del equipo de Gobierno. También señalan como ejemplo la gestión tras la tragedia de Valencia, cuestionando la decisión de no cancelar las actividades de Halloween tras el suceso.

González y Basarot aseguran que, pese a su renuncia al partido, continuarán trabajando con la misma "pasión y dedicación" para defender los intereses de los vecinos. "Nuestros valores y convicciones siguen siendo los mismos", afirman, destacando que mantendrán su compromiso con El Casar desde su nueva posición como no adscritas.

Asimismo, hacen un llamamiento a los vecinos de El Casar a "rebelarse contra los partidos políticos" que, en su opinión, priorizan los intereses del gobierno central sobre los problemas locales. Reiteran su disposición al diálogo y la colaboración para conformar un nuevo gobierno que priorice las necesidades del municipio.

Con su decisión, la gobernabilidad del Ayuntamiento de El Casar queda en entredicho, ya que hasta ahora la alcaldía del PP, en manos de José Luis González Lamola, contaba con el respaldo de cuatro ediles populares, incluido él mismo; tres de Vox, entre los que estaban González y Basarot; y dos de Contigo Somos Democracia. En la oposición estaba el PSOE, con siete ediles; y Unidas Podemos, con uno. En caso de pactar con el PSOE las dos concejales no adscritas, la alcaldía podría cambiar de color político.