El 11 de marzo de 2004

Perenne y doloroso recuerdo nos causa la fecha del 11 de marzo de 2004 porque aquel día perdieron la vida 193 personas, quedando heridas otras más de dos mil, en el atentado terrorista más cruento sucedido en suelo europeo y que ocurrió en nuestro país, en la línea de tren que cada día frecuentamos cientos de guadalajareños.

Ponemos hoy una vela por la memoria de todos y les honramos a través de la referencia a tres de estas víctimas, a las que tuvimos oportunidad de conocer. Inés Novellón Martínez, enfermera, de 30 años de edad, era novia de uno de nuestros mejores amigos de la Universidad. Aquel día trabajaba de tarde pero cambió el turno con una compañera y se subió en uno de los vagones afectados fatalmente por una de las explosiones. Llevaba poco tiempo viviendo con su pareja y tenían grandes ilusiones. Era alegre, divertida, lista y muy guapa. Le encantaban las fiestas de Guadalajara, de Azuqueca, de Alcalá o aquellas que hacíamos para sacar dinero para el viaje de fin de carrera. Pasamos juntos grandes momentos y siempre la llevaré en el corazón.

Otro de los fallecidos era Eduardo Sanz, compañero en el instituto Brianda de Mendoza, al que había perdido la pista. Aquellos días me enteré de que vivía en Azuqueca, tenía dos hijos pequeños e iba a Madrid a trabajar en tren. Ese día no llegó a destino. La tercera persona que conocí era Sergio de las Heras, novio de una amiga. Nos presentaron en septiembre del año anterior en las fiestas de Iriépal. Era ingeniero con trabajo en Madrid, a donde se desplazaba a diario en coche. Pero aquel día su vehículo estaba en el taller. 

Tres historias, con nombre y apellidos. En aquellas fechas nos contaron otras muchas más como testimonio de respeto, reconocimiento y aprecio a quienes solo querían, como todos, buscar la felicidad en esta vida. A todos hoy nuestro reconocimiento, así como el compromiso con los valores democráticos y la condena al terrorismo.