El gimnasio de los Reyes

23/05/2020 - 17:18 Pedro Villaverde Embid

El gimnasio Sung Do Kwan, en el que imparte clases la campeona de taekwondo la campeona Sonia Reyes, cierra sus puertas. 

El mundo del deporte alcarreño tiene que estar triste. Una infraestructura emblemática cierra sus puertas como consecuencia del Covid-19 que ya sabemos no solo se cobra la vida de personas, su cara más amarga, sino también negocios y puestos de trabajo. Nos toca despedir, aunque creemos que será un hasta luego, al gimnasio Sung Do Kwan, el que hace esquina en la céntrica calle de Manuel Páez Xaramillo. En su fachada hay pintada la imagen de una campeona de España, en doce ocasiones, de Europa y del mundo por equipos, diploma olímpico y con un palmarés de éxitos tan extenso que llenaría esta columna. Nos referimos a Sonia Reyes y su gimnasio, el que abrieron sus padres, Cristóbal y Pilar, y en el que se han criado la propia Sonia, su hermano Sergio y Lena, la tercera generación de una familia de taekwondistas. Para ellos este local es su hogar y para muchos alumnos una segunda casa porque allí se desprendía familiaridad y cercanía. Era un templo del taekwondo, aunque también se instruía en otras artes marciales. A la entrada, toda una sala de trofeos que recuerdan los éxitos deportivos de una mujer que ha llevado el nombre de Guadalajara por el mundo, que es reconocida nacional e internacionalmente por los grandes maestros de este arte marcial y los medios de comunicación especializados del mundo, y que, cosas de la vida o más bien de la política, le quitaron su nombre a una piscina cubierta en la ciudad y no tiene distinción alguna a nivel institucional, craso error y una pena.

  Hoy también queremos destacar la figura de su padre, Cristóbal, 8º dan de taekwondo, algo que muy pocos expertos en esta disciplina consiguen, solo se conceden nueve a lo largo de una vida deportiva y el décimo a título póstumo. La propia Sonia va por el séptimo. Ha estado 36 años en el gimnasio que fundó, pero ya antes era maestro en este arte. Y por supuesto un beso especial a Lena, que ha ganado ya numerosas medallas y destaca por su competitividad, dedicación y carácter luchador como su madre y abuelo. Desde aquí, les mandamos nuestro aliento y reconocimiento y les pedimos que superada la pandemia  reabran por el bien del deporte.