El poso de Elena de la Cruz

24/09/2017 - 12:52 Pedro Villaverde Embid

Elena es de esas personas que ha dejado recuerdo del que no se borra con el paso del tiempo.

Desde este lunes un centro público educativo lleva el nombre de Elena de la Cruz, la mujer que durante años fue su directora, profesora  que se implicase en muchos de sus proyectos y en los de sus alumnos a los que guiaba convirtiéndose en una amiga, en alguien en quien podían confiar. Y ese era un sentimiento, una sensación que compartíamos la mayoría de los que tuvimos la suerte de conocerla. Optimista, sonriente, bella, dulce, alegre, pero al tiempo seria, firme y profesional en el desarrollo de su actividad docente y política, Elena es de esas personas que ha dejado recuerdo del que no se borra con el paso del tiempo. En la apertura del curso de la Escuela de Arte, para siempre ligado a ella, se escucharon muchos elogios hacia su forma de ser, su categoría humana y su trayectoria en el mundo laboral, tanto en la enseñanza como en la  política que desarrolló a nivel local, provincial y regional demostrando capacidad, valía, talento, compromiso y principios. Cabe recordar que estamos hablando de una licenciada en Bellas Artes con especialización en Diseño y Arquitectura, profesora y directora de un centro de enseñanza, que ocupó cargos políticos de relevancia y responsabilidad desde los que trabajó con pasión y dedicación luchando, por ejemplo, por una política hidráulica justa o mejores infraestructuras. Era una mujer inteligente, con criterio, formada y un valor importante para su partido.  
  En el plano personal queremos hoy destacar nuestro cariño, respeto y reconocimiento por Elena, una persona que nos trató siempre con cercanía y sincera amistad. La conocimos siendo concejala, coincidíamos en numerosos actos en Guadalajara siempre con una conversación agradable sobre cualquier cosa, muy pocas veces sobre política. Cuando fue nombrada consejera y la felicité lo que me contestó fue que ahora sería más difícil tomarnos un café y aun así alguno pudimos compartir. La última vez que la vi., el día de los Populares, pocas semanas antes de su marcha, me dijo que tenía un catarro que no se le terminaba de curar, que se iba ya a casa porque estaba cansada y al día siguiente tenía ruta larga como cada jornada. Con Yolanda, Ricardo y Clota formó un equipo fantástico. Gracias Elena por haber formado parte de mi vida y sobre todo por haberme permitido pasar por la tuya. Siempre estarás viva en mi corazón y ahora también en la memoria colectiva de la  ciudad .