El pueblo alcarreño que tiene más extensión que Barcelona, Sevilla o Valencia
El alcalde de Cifuentes, Marco Campos, recorrió días atrás todos los núcleos municipales para supervisar las obras que se han realizado y las que todavía están en curso.
“Gracias a la Diputación de Guadalajara y a la inversión del Ayuntamiento de Cifuentes se van haciendo poco a poco mejoras. Hay mucho por hacer y falta mucho. Seguiremos trabajando para ello”, explicaba mientras visitaba infraestructuras tan diversas como un equipo de audio en la pedanía de Huetos o el puente de Carrascosa de Tajo, reconstruido tras la DANA. Esta visita pone de relieve el compromiso diario por mejorar la vida de los vecinos y mantener vivas las pedanías.
Cifuentes, con aproximadamente 220 km², supera en extensión a grandes ciudades españolas como Barcelona (101 km²), Sevilla (140 km²) o Valencia (134 km²), aunque con una población mucho menor. Este contraste evidencia uno de los retos fundamentales de la provincia: gobernar territorios amplios con pocos vecinos, garantizando servicios básicos, conectividad y atención a pedanías dispersas por kilómetros de terreno.
En la provincia conviven municipios densamente poblados y otros muy dispersos. Los primeros concentran la vida urbana y deben asegurar transporte, vivienda y servicios públicos. Los segundos enfrentan el reto de mantener la vida cotidiana con pocos recursos, gestionando numerosas pedanías y manteniendo infraestructuras esenciales. Este contraste se refleja claramente en las siguientes tablas.
Municipios con mayor densidad poblacional
| Municipio | Población (2024) | Superficie (km²) | Densidad (hab./km²) |
|---|---|---|---|
| Azuqueca de Henares | 35.894 | 19,75 | 1.817,42 |
| Alovera | 13.585 | 13,81 | 983,71 |
| Guadalajara | 90.909 | 279,86 | 324,84 |
| Cabanillas del Campo | 11.329 | 34,91 | 324,52 |
| Yebes | 5.421 | 17,40 | 311,55 |
Municipios con menor densidad poblacional
| Municipio | Población (2024) | Superficie (km²) | Densidad (hab./km²) |
|---|---|---|---|
| Angón | 7 | 20,41 | 0,34 |
| Valtablado del Río | 8 | 25,23 | 0,32 |
| Torremochuela | 8 | 18,22 | 0,44 |
| Castilnuevo | 8 | 19,54 | 0,41 |
| Zaorejas | 115 | 188,72 | 0,61 |
La diferencia es abismal: mientras Azuqueca de Henares concentra a más de 1.800 personas por km², los municipios más dispersos como Angón o Valtablado del Río no superan un habitante por km². Esta realidad subraya la complejidad de la gestión territorial: densidades altas requieren planificación urbana, transporte y vivienda, mientras que densidades bajas implican logística y mantenimiento constante en cada pedanía.
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Entre los municipios más extensos, la gestión de pedanías se convierte en un desafío constante:
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Sigüenza, con 386,87 km² y 28 pedanías como Alboreca, Pelegrina o Palazuelos, es un ejemplo de dispersión territorial. Cada núcleo requiere atención en caminos, suministro eléctrico, agua y comunicaciones.
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Molina de Aragón, con 168,33 km² y 15 pedanías incluyendo Cubillejo de la Sierra o Cubillejo del Sitio, refleja la logística necesaria para mantener servicios básicos en territorios amplios y poco poblados.
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Brihuega, con 219 km² y 16 pedanías, ha impulsado iniciativas concretas como la rehabilitación de pueblos antiguos y la compra de un vehículo para el traslado de vecinos, priorizando soluciones directas para la calidad de vida de sus habitantes.
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Guadalajara capital, con 279,86 km², 90.909 habitantes y varios barrios urbanos, enfrenta retos distintos: alta densidad (324 hab./km²) exige planificación de movilidad, transporte y servicios públicos masivos, en contraste con la logística rural de Sigüenza o Molina de Aragón, donde el desafío es garantizar que cada pedanía, aunque dispersa y con pocos habitantes, reciba atención adecuada.

Otros contrastes destacados en la provincia:
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Yebes, con 17,4 km² y 5.421 habitantes, tiene densidad alta y pocos núcleos, mostrando cómo la concentración facilita la gestión pero exige infraestructuras y servicios rápidos.
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Angón, con apenas 7 habitantes en 20,41 km², y Torremochuela, con 8 habitantes en 18,22 km², ilustran cómo la dispersión extrema obliga a los alcaldes a multiplicar esfuerzos en mantenimiento y conectividad, a pesar de recursos limitados.

Si contrastamos con grandes ciudades, la singularidad de Guadalajara queda aún más clara: Barcelona, con 101 km², concentra más de 1,6 millones de habitantes; Sevilla, con 140 km², alberga 700.000; y Valencia, con 134 km², supera los 800.000. En municipios como Cifuentes, Sigüenza o Brihuega, la extensión es incluso mayor, pero con apenas unos pocos miles de habitantes, multiplicando los retos de cobertura de servicios, movilidad y gestión de pedanías.
La provincia de Guadalajara, con sus contrastes de densidad, extensión y pedanías, exige una lectura humana de los datos. Cada kilómetro recorrido, cada decisión de inversión y cada esfuerzo municipal refleja el compromiso de mantener vivas las comunidades rurales, equilibrando necesidades, recursos y territorio. Gobernar municipios dispersos no es solo administrar números, sino atender a personas, cuidar infraestructuras y garantizar que cada pedanía siga siendo un lugar habitable, conectado y con vida propia.