En alarma con niños

25/04/2020 - 17:11 Pedro Villaverde Embid

Ellos son los protagonistas del inicio de una cierta desescalada que nos hace pensar en un mes de mayo con progresivos pasos  hacia esa normalidad.

Estamos confinados y no puede ser de otra manera. Alrededor de cuatrocientas personas siguen muriendo cada día, se producen nuevos contagios, tardaremos tres semanas en tener realizado el estudio serológico y demasiados pacientes siguen hospitalizados. Los daños, en pérdida de vidas humanas, son irreparables y la forma de morir, en privación del afecto de los más allegados, muy triste. Merecen las víctimas mortales, las contabilizadas y las posibles, el reconocimiento a sus vidas, la despedida digna que no han recibido, la petición de perdón por no haberles prestado la atención exigible y que aprendamos la lección para que nunca más una crisis sanitaria nos pille desprevenidos en tiempos en los que con premura se emiten señales de alarma. Para ellos nuestro recuerdo y homenaje. 

      Pero mientras la batalla continúa en hospitales y laboratorios, sabemos que en algunos territorios pueden relajarse ciertas restricciones y recibimos con alegría la salida a la calle de quienes más las llenan de ilusión y sentido, de nuestros niños. Ellos son los protagonistas del inicio de una cierta desescalada que nos hace pensar en un mes de mayo con progresivos pasos  hacia esa normalidad, todavía con mascarilla y sin abrazos, pero que nos urge en lo anímico y lo económico. Queremos reencontrarnos con familiares y amigos para celebrar algo, poner la televisión y que haya un partido en directo, bajar a echar la Primitiva, trabajar como siempre, en definitiva vivir, hacer esas pequeñas cosas cotidianas de las que nos hemos visto privados. No sabemos ni el cuándo ni el cómo de casi nada pero que los pequeños estén en el exterior, aunque sea un rato, es el primer paso hacia ese retorno progresivo que nos devolverá al punto de partida, con la tristeza por lo perdido, el arduo trabajo de la reconstrucción de lo recuperable, enseñanzas que no deberíamos olvidar y una nueva realidad.