En octubre se podrá visitar una de las estaciones rupestres paleolíticas de referencia en la Península

25/09/2021 - 10:33 Redacción

Su riqueza en antropomorfos hace que la Cueva de los Casares, en localidad Riba de Saelices, situada en la zona del Ducado, sea un referente nacional.

La Cueva de los Casares, en Riba de Saelices, será visitable desde el próximo 1 de octubre, según informa la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de castilla-La Mancha. Se trata, según los expertos en la materia, de la estación rupestre más importante del paleolítico del centro de la Península Ibérica por su riqueza en antropomorfos.


    El conjunto arqueológico visitable de los Casares está compuesto por una caverna prehistórica, mundialmente conocida por sus grabados paleolíticos, un poblado de época hispanomusulmana que se extiende por la ladera del cerro y un torreón islámico que corona el conjunto. Estos yacimientos arqueológicos pertenecen al término municipal de Riba de Saelices, Guadalajara, ubicado en plena Sierra del Ducado, casi en la divisoria de aguas entre las cuencas del Tajuña y el Tajo. Las excavaciones practicadas han puesto de manifiesto una de las secuencias culturales más amplias del ámbito de la Meseta, que abarca desde el Paleolítico Medio hasta la Baja Edad Media.

El inicio de la serie histórica de estos lugares es el mismo: un hábitat musteriense que debió extenderse tanto por el exterior como por el interior de la caverna. A éste se superpusieron uno o varios asentamientos de pequeños grupos que se ubicaron en el lugar durante el Paleolítico Superior, autores de las manifestaciones rupestres encontradas en el interior de la cueva.

Continúa la secuencia en los dos lugares con la presencia de un posible hábitat calcolítico de los que han quedado restos de cerámica campaniforme y alguna estructura de habitación en la ladera.

Ya en época histórica, del final de la dominación romana se han localizado algunas cerámicas de tradición indígena decoradas con motivos geométricos, con fragmentos de tierra sigillata de cronología tardía (Bajo Imperio).

Sin embargo, el auge de la ladera y en parte, de la propia caverna tuvo lugar, durante el periodo comprendido entre finales del S. IX y un momento indeterminado del S. XII, con un claro apogeo en época califal durante el cual se construye un poblado. 

El último periodo es ya claramente de cronología bajomedieval y se puede corresponder con un hábitat cristiano de pequeñas dimensiones que reaprovechó las estructuras de habitación preexistentes. Este poblado aún perviviría a mediados del S. XIII tal y como denota el hallazgo de un pequeño tesorillo de maravedíes prietos de Alfonso X, fechado entre 1.252 y 1.284.

La presencia humana estable en la ladera no se cree que perviviera más allá de los primeros años del S. XIV.