Estas son las siete claves del apagón que dejó ‘ciega’ a la provincia

01/05/2025 - 13:20 FCV

Repasamos loas claves del apagón masivo que dejó sin suministro eléctrico a gran parte de la península ibérica, incluyendo España y Portugal, el pasado lunes a partir de las 12:33 horas, interrumpiendo la rutina de hogares, comercios, oficinas y carreteras, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de la ciudadanía y las instituciones.

FOTOS: IVÁN SERRANO

La jornada, marcada por la tensión y la incertidumbre, también destacó por la hermandad y la resiliencia de los guadalajareños, que se enfrentaron a esta crisis con un espíritu colectivo forjado por los sobresaltos de la última década: pandemia, Filomena, la DANA de Valencia o la guerra de Ucrania.

Un colapso súbito de la red eléctrica

El incidente comenzó cuando, durante cinco segundos, desaparecieron súbitamente 15 gigavatios (GW) de la red eléctrica, equivalente al 60% de la energía consumida en ese momento. Según Red Eléctrica, el suceso tuvo su origen en dos desconexiones en el suroeste peninsular, que provocaron una caída brusca de la frecuencia del sistema eléctrico, colapsándolo. Aunque inicialmente se barajó un ciberataque, los análisis realizados por Red Eléctrica descartaron esta hipótesis, apuntando a una pérdida de generación solar como causa probable. La Audiencia Nacional investiga el origen exacto, a la espera de un análisis detallado de los centros de control.

La Central Nuclear de Trillo, parada por recarga de combustible, operó de manera segura durante el apagón. Sus generadores diésel arrancaron según diseño, garantizando su estabilidad. La planta notificó al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) una situación de prealerta de emergencia por la pérdida de suministro eléctrico exterior, que se levantó a las 02:30 horas del martes, tras recuperar la alimentación externa gracias a la energía hidráulica. El CSN confirmó que las centrales nucleares en funcionamiento (Almaraz II, Ascó I y II, Vandellós II) pararon automáticamente y permanecieron seguras, mientras que Almaraz I, Cofrentes y Trillo, en parada, también activaron sus generadores diésel.

La vida en pausa: impacto en la rutina diaria

El apagón transformó la dinámica de Guadalajara. Las persianas de los comercios bajaron, los supermercados formaron largas colas donde solo se aceptaba efectivo, y las ferreterías se vieron desbordadas por la demanda de pilas y linternas. En los hogares, las cocinas de butano y las estufas tradicionales volvieron a escena, mientras que en las zonas rurales se encendieron chimeneas y braseros. La caída de Internet y las redes móviles convirtió a las radios a pilas en el principal canal de información, reuniendo a vecinos en plazas y terrazas para compartir noticias con calma y civismo.

En las calles, el ambiente osciló entre la tensión y un espíritu casi festivo. El sonido de sirenas de ambulancias, policía y bomberos resonaba constantemente, mientras los vecinos intercambiaban rumores: “Dicen que afecta a toda España, incluso a Francia”. La imposibilidad de comunicarse con seres queridos generó angustia, pero también risas y bromas que aliviaron el peso de la incertidumbre. Parques y terrazas se llenaron de personas compartiendo transistores y verificando el bienestar de sus comunidades. Algunos padres caminaron hasta los colegios para asegurarse de que sus hijos estaban a salvo.

Transporte en jaque

El transporte sufrió graves alteraciones. Un AVE con destino a Madrid quedó inmovilizado en la estación de Yebes, afectando a cerca de 700 pasajeros, entre ellos niños y personas mayores. Alrededor de 400 fueron evacuados al Palacio Multiusos de Guadalajara, 80 a hoteles y 150 permanecieron en los trenes. Entre los afectados estaba el cantautor Joan Manuel Serrat, quien agradeció personalmente la atención recibida antes de trasladarse a Madrid por sus medios. La operación, coordinada entre administraciones, Cruz Roja y el Banco de Alimentos, permitió alojar y avituallar a los viajeros, que continuaron su viaje en autobuses el martes por la mañana.

El cercanías quedó completamente parado, y la estación de Guadalajara cerró sus puertas, dejando a los usuarios buscando alternativas en la estación de autobuses. Allí, las colas para los servicios interurbanos a Madrid y Alcalá generaron confusión, agravada por la falta de refuerzos en los autobuses y problemas con los pagos. Los abonos digitales de Alsa no funcionaban, y algunos pasajeros, como turistas cubanos, lamentaron la “falta de empatía” al no permitirse el acceso gratuito en ausencia de efectivo. En Alcalá, cientos de estudiantes y trabajadores esperaban autobuses abarrotados, mientras vecinos ofrecían llevar a otros en sus coches, como un conductor que se dirigía a Torrejón del Rey.

Comercio ‘tocado’

El comercio local enfrentó cierres y pérdidas significativas. Los supermercados cerraron o limitaron pagos a efectivo, y el pan se agotó rápidamente en los bazares. Las industrias agroalimentarias, como queserías, hortícolas y panificadoras, detuvieron sus cadenas de producción. La central de espárrago verde de Coagral mantuvo sus cámaras de frío con generadores, mientras que las granjas avícolas recurrieron a generadores y placas solares para evitar pérdidas.

Respuesta institucional y coordinación

La gestión de la crisis destacó por su coordinación. A nivel nacional, el Ministerio del Interior asumió el nivel 3 de emergencia, mientras que el Gobierno de Castilla-La Mancha activó el Plan Territorial de Emergencias (PLATECAM) a las 13:15 horas, coordinado desde Toledo. En Guadalajara, el Ayuntamiento puso en marcha el Plan Municipal (Platemun), habilitando nueve puntos informativos con Policía Local y Protección Civil. El Centro de Coordinación Operativa (Cecopal), presidido por la alcaldesa Ana Guarinos, gestionó la respuesta en la capital.

El Servicio de Emergencias 112 recibió más de 12.000 llamadas el lunes, tres veces su media diaria, gestionadas manualmente por la caída de los sistemas informáticos. Más de 30.000 agentes de Policía Nacional, Guardia Civil, bomberos, Protección Civil y Cruz Roja se desplegaron a nivel nacional. En Guadalajara, los servicios de emergencia atendieron incidencias como rescates en ascensores (22 intervenciones de bomberos), ayuda a personas con discapacidad y traslados hospitalarios, como el de un paciente que precisaba oxígeno. No se registraron emergencias sanitarias graves, y el Hospital Universitario de Guadalajara mantuvo su actividad esencial con grupos electrógenos.

La Consejería de Educación suspendió las clases en los centros públicos el martes, aunque algunos colegios abrieron inicialmente sus aulas matinales antes de enviar a los alumnos a casa. Los servicios municipales esenciales, como guarderías y transporte urbano, siguieron operativos. En la noche del lunes, la Policía Nacional recorrió las calles con megáfonos, pidiendo calma y ofreciendo recomendaciones.

El suministro eléctrico se restableció progresivamente durante la tarde y noche del lunes, alcanzando la normalidad en la capital hacia las 00:30 horas del martes. Red Eléctrica confirmó que, a las 06:00 horas del martes, el 99,5% del suministro estaba restablecido. El Gobierno de Castilla-La Mancha desescaló el PLATECAM al nivel 1 el miércoles, tras una reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), presidida por Emiliano García-Page, y desactivó el plan al mediodía.

Solidaridad y gestión local

La respuesta municipal fue clave para mitigar el impacto. En Azuqueca de Henares, el alcalde Miguel Óscar Aparicio destacó la labor de los servicios de emergencia en rescates y atención a dependientes. En Marchamalo, Protección Civil distribuyó agua potable a comunidades afectadas por la falta de bombeo. Cabanillas activó su Plan de Emergencia Municipal y usó megafonía para informar. En Horche, generadores evitaron problemas en el suministro de agua, mientras que en Fontanar, Protección Civil atendió residencias pese a actos vandálicos aislados. En Chiloeches, se aseguraron medicamentos esenciales, y en Sigüenza, la alcaldesa María Jesús Merino supervisó infraestructuras clave.

En Molina de Aragón, se garantizó combustible para generadores y asistencia a personas con discapacidad. Cifuentes apoyó el centro de salud y trasladó pacientes, mientras que Trillo reforzó la residencia Fuente Alegre. Brihuega aseguró el funcionamiento del centro de salud, y Pareja instaló generadores en viviendas tuteladas, manteniendo el Ayuntamiento abierto para recargar dispositivos. Yunquera de Henares informó sobre la suspensión de clases y actividades sanitarias no urgentes.

Los vecinos también se volcaron en la ayuda mutua. En la calle del Amparo, en Guadalajara, un grupo de residentes subió a pulso a una persona en silla de ruedas hasta un segundo piso. En las terrazas, algunos bares encendieron velas, y los transistores se compartieron para mantener informada a la comunidad.

Lecciones de una crisis

El presidente Pedro Sánchez aseguró que España “ha superado lo peor de la crisis” y destacó la “agilidad” del sistema y la “excelente coordinación” entre administraciones. Anunció la liberación de tres días de reservas estratégicas de combustible para grupos electrógenos y garantizó que el Gobierno investigará las causas hasta el fondo, exigiendo responsabilidades a los operadores privados si fuera necesario. Red Eléctrica, por su parte, adoptará medidas preventivas para reforzar la seguridad del suministro.

El apagón dejó una lección de resiliencia en Guadalajara. En medio de la oscuridad, la solidaridad y el compromiso colectivo brillaron como la luz más potente. La ciudad, acostumbrada a enfrentar adversidades, demostró que la unión y el humor negro, tan necesario en tiempos de crisis, son herramientas poderosas para sobrellevar lo inesperado. Mientras la investigación avanza, Guadalajara recupera el pulso, con la certeza de que sus ciudadanos son su mayor fortaleza.