Fiestas a tutiplén

25/08/2019 - 19:08 Luis Monje Ciruelo

En una visión general de las fiestas de pueblo hay que destacar su monotonía. 

Por mediados de agosto, puede decirse que ha pasado ya el grueso de las fiestas patronales en la provincia, aunque no todos de los 335 pueblos existentes han podido verlas recogidas en los periódicos. Pero sí la mayoría. Los precarios presupuestos municipales no permiten dispendos, aunque muchos ayuntamientos se empeñan en los festejos, sobre todo cuando lo hay taurino y hay que contratar banda de música si las chrangas de las peñas parecen insuficiente. Por otra parte, el reglamento de espectáculos taurinos compromete demasiado a los organizadores, que suelen ser los Ayuntamientos, incluso por la vía penal, si hay alguna víctima. En una visión general de estas fiestas de pueblo hay qe destacar su monotonía pensada para complacer a los propios vecinos, los jóvenes principalmente, a los que basta una charanga y el indispensable alcohol para que luego los veamos en la tele, a veces sin el subraydo del pueblo que es, por lo que los de oido un poco duro pensamos que ese bailoteo individual a ritmo no sé si de reguetón, porque de músicas modernas poco entiendo, se está viviendo en un pueblo de la Serranía, aunque al reconocer el palacio episcopal y el seminario se da uno cuenta de que es Sigüenza, como me pasó a mí. Algún alcalde tratando de salirse de la monotonía incluye actos culturales o costumbristas, como el de Atienza, Víctor Loranca, que tiene un alcarreñísimo apellido de río, y al que ni se me ocurre proponerle que lo cambie por el de un río serrano,por muy de Atienza que sea.
 Como pudiera ser el río Pelagallinas, de  Prádena de Atienza. Pues bien, Loranca, que lleva tres mandatos con mayoría absolut, ha incluido en exprograma una exhibición de campaneo. Que hará el miso, y al que me gutaría escuchar y acompaar tocando los clásico campaneos del “tintilinublo”o “ tuturugata” que aprendí y practiqué en mis tiempos de monaguillo en los años treinta.