Gigantes y cabezudos: cuando la tradición y la historia se dan la mano
Historia, tradición y diversión se dan la mano durante estas fiestas gracias a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Guadalajara. Es una de las actividades más esperadas por los pequeños y se ha programado en esta semana hasta en tres ocasiones: el día de la Virgen de la Antigua (en ese momento se rindió homenaje a Antonio Lara, mítico componente de la comparsa que fallecía el pasado el mes de abril), el viernes de fiesta y el domingo.
El desfile saca a la calle a multitud de vecinos, en su gran mayoría niños acompañados por sus padres y familiares, que siguen boquiabiertos a estos personajes de fantasía. El melero Roque, la alcarreña Antigua, el marqués de Santillana y la princesa de Éboli, Alfonso VI, Constanza de Borgoña, el capitán Al-Faray, la princesa Elima, Moctezuma o la Malinche; Mangurrino, la Follolla y el Agapito, junto a Pepito, y otros muchos, pasearon por el corazón de la ciudad. Desde el Fuerte de San Francisco hasta la calle Mayor.
Los nervios de los niños contrastan con el atrevimiento de los adolescentes. Los primeros intentan esconderse entre las piernas de los padres, ocultarse de la comparsa. Los segundos, ya suelen hasta retar a los cabezudos, en esa unión de adrenalina y valentía que da la edad.
La Comparsa de Gigantes y Cabezudos volvió a demostrar que representa la historia viva de la ciudad y que es reflejo de sus vivencias. Tiene sus orígenes en la festividad del Corpus (desde el siglo XVI), aunque su actual formato lúdico-festivo se remonta al año 1900. Tras las oportunas y necesarias restauraciones; tras varias ampliaciones en sus personajes, lucen como el primer día. Y de igual forma que el primer día siguen siendo parte fundamental del programa de fiestas.