Golpe a la despoblación
Y para luchar contra esta situación, la fórmula elegida, entre otras, ha sido la de tocar el botón mágico, es decir el bolsillo del ciudadano.
Todavía es anteproyecto, pero Castilla-La Mancha tiene ya una herramienta pionera para combatir en lo posible uno de los mayores problemas que afecta a grandes zonas de su extensión, acusadamente grave en comarcas como la Sierra Norte o el Señorío de Molina donde el índice de número de habitantes por kilómetro cuadrado han hecho saltar las alarmas hasta en Europa.
Y para luchar contra esta situación, la fórmula elegida, entre otras, ha sido la de tocar el botón mágico, es decir el bolsillo del ciudadano. Si me quedo a vivir en el pueblo (el gran problema sigue siendo la falta de tejido empresarial y empleo pues no todo el mundo vale para emprendedor, trabajar en el sector primario o puede hacer teletrabajo) pago menos impuestos y recibo más ayudas, además me garantizan la prestación de los servicios públicos necesarios para el día a día en condiciones similares a las del núcleo urbano y parece que el tema de la conectividad- vital para trabajar, relacionarnos o hacer nuestras compras- se va solucionando a través del incremento de la inversión en tecnología. Pues, tal vez, adelante. Renunciamos, en parte, eso sí, a otros servicios no esenciales pero si convertidos en hábitos como el acceso a las grandes superficies comerciales, ciertas actividades extraescolares, el cine, los teatros, eventos... Es una opción familiar con ventajas e inconvenientes, que implica un estilo de vida diferente.
El nuevo texto legal utiliza la política fiscal como atractivo para fijar la residencia en el medio rural o crear una empresa en el mismo, incluso acuña la expresión ‘estancia efectiva’ para que las familias empadronadas o con tarjeta sanitaria en el núcleo rural reciban una ayuda real. La educación, con escuelas para cuatro alumnos o la sanidad con más Atención Primaria, servicios de urgencia a menos de treinta minutos o mayor acceso a las farmacias son servicios esenciales por los que se velará, así como, por ejemplo, la asistencia en los domicilios a los mayores de 70 años. Son algunos de los aspectos de un texto que se convertirá en ley el próximo mes de abril y que tiene como gran virtud ser fruto de muchos procesos de participación en el que han sido escuchados quienes conocen, desde muy diferentes posiciones, la realidad del mundo rural, iniciativa legislativa que debemos aplaudir y que seguro ayuda a que sigamos siendo de la España vaciada que va remontando según Funcas.