Guadalajara arranca unas fiestas libres contra las agresiones sexuales. AMPLIA GALERÍA FOTOGRÁFICA.

10/09/2019 - 01:19 Redacción

La plaza Mayor registró un lleno absoluto. La diversión y las emociones ante el inicio de unas nuevas ferias protagonizaron la noche. El chupinazo da el pistoletazo de salida. 

FOTOS: RAFAEL MARTÍN / IVÁN SERRANO

El chupinazo en su edición de 2019, quiso dejar claro que “solo sí es sí”, como recordó Óscar Juanrranz, portavoz de la peña La Agüela, encargada de dar el pregón de “las mejores fiestas del planeta y del resto del universo”.
   Juanrranz recordó la importancia que tienen estas fiestas en un mes como septiembre, que “es sinónimo de estrenar curso”. Por eso, “la mejor manera de hacerlo es con una fiesta por todo aquello que nos espera” y por la el periodo estival vivido. 
   El portavoz de La Agüela recordó a los peñistas que “el espíritu de la fiesta”. Un espíritu que se basa principalmente en “compartir esa felicidad con el resto del paisanaje y pasarlo bien”. Por eso, “los peñistas deben estar repartidos por toda la urbe, para que su alegría reine por toda la ciudad”.
Guadalajara tampoco quiso ser ajena a la lucha contra las agresiones sexuales en las fiestas. Por eso, Juanrranz recordó que solo sí es sí desde un balcón del que colgaba una enorme pancarta: ‘Guadalajara, sociedad libre de violencia machista’.
   Y tras el pregón, el chupinazo... o los chupinazos... O puede que la traca de inicio de fiestas. Se notaban energías renovadas en la plaza del Ayuntamiento, quizás más gente que otros años  e incluso cierta coordinación entre los peñistas de diferentes formaciones a la hora de corear algunas de las canciones, como ese ‘Yo ya no quiero ná’ de Lola Índigo. 
   Y como el desfile es siempre distinto, pero siempre igual, allí estaban el burro de La Crisis y el tren de Búfalos. Incluso el tiempo se encapotó un pelín a lo largo de la tarde, porque ya se sabe que en estas fiestas lo que no está permitido es tener todos los días de sol.
   No faltaron tampoco este año los disfraces, entre los que también había ecos de los nuevos tiempos, con chicas disfrazadas de futbolistas, e inspiraciones televisivas, como disfraces de la ‘Casa de papel’ en el entorno de la peña Carioquita. Después estaban los típicos disfraces de inspiración greco romana, con sus largas túnicas; algún que otro granjero-vaquero; los imprescindibles cavernícolas y guerreros celtas; un cocodrilo e incluso los dos protagonistas de ‘Monstruos S.A.’
  Este año, el desfile de fiestas se encargó de abrirlo La Agüela. La siguieron B.O.2, El Tarro, Carajillo, La Amistas, Búfalos, Bizcocho Borracho, El Buey, Lacasetes, El Caracol, Agapitos, La Crisis, El Pellejo, Fugitivos, Carioquita, Escopitos, Güeba, Choitos y dos clásicos como La Otra y Spynce fueron los encargados de cerrar el desfile. Y tan clásicas como las peñas son sus charangas, con formaciones como Klandestinos y El Konejo de la Loles, entre otras muchas. 
  Las calles volvieron a abarrotarse de gente dispuesta a ver el desfile de ese alma de la fiesta y Guadalajara ya está oficialmente en su semana grande. 
   Lo que quedan a partir de ahora son seis días de ruido, risas y alegría. Ya saben, lo de todos los años, pero seguro que radicalmente distinto.