Guadalajara moderna

14/11/2020 - 11:39 Luis Monje Ciruelo

Quien venga a nuestra ciudad y no pasee la Calle Mayor, hasta el  barrio que se extiende mas  allá de El Corte Inglés, bien puede decir que no ha estado en Guadalajara.

En algún libro tengo escrito que quien venga a nuestra ciudad y no pasee  la Calle Mayor que no diga que conoce Guadalajara: sin embargo, ahora casi diría todo lo contrario después, de que días pasados hiciese un recorrido en coche por la parte Sur, de la ciudad, que no conocía; me gustaría poder hacer ese mismo recorrido a pie sin prisas, para disfrutar mejor del paseo y, por tanto, apreciar mejor la proliferación de altos bloques de viviendas, que quizá no pasen muchas de siete u ocho pisos pero que en conjunto me han hecho recordar mi viajes a Nueva York, Washington,  Berlín, Buenos Aires, Río de Janeiro y otras cosmopolitas ciudades, aunque, llevado de mi alcarreñismo, quizá exagere un poco. Desde luego, con el Pequeño Manhattan como califiqué  en ABC los altos bloques vistos desde el tren al llegar a Guadalajara, la parte que me asombró no tiene comparación. Me traje la impresión de que aquella zona no era la Guadalajara a la que siempre me he referido en mi libro Fisonomía de la  calle Mayor en el me despaché a mi gusto con párrafos  como el  siguiente, que ahora lamento:

“Nuestra archipaseada Calle Mayor,  angosta, larguirucha y empinada, era, sin embargo el eje  físico y espiritual de  la  ciudad. Se estira  calle  arriba  a lo largo  del espinazo topográfico sobre  el que  se  asienta  la  capital  y muere en el rellano de la  Plaza de  Santo Domingo, que, a principios de  siglo era la cabecera de Guadalajara. La Calle Mayor es excesivamente larga, monótona y destartalada. Sus  edificios  son  desiguales, sin guardar  entre sí la  debida proporción  de conjunto ni la  armonía urbanística  necesaria. Hay rincones  pidiendo la  piqueta demoledora, pero a pesar  de  todo la calle  tiene  su  encanto y su personalidad ”.

“Quien venga a nuestra ciudad y no pasee la Calle Mayor, hasta el  barrio que se extiende mas  allá de El Corte Inglés, bien puede decir que no ha estado en Guadalajara. Si se dice que la  cara  es  el espejo del alma, la Calle Mayor, es la expresión mas fiel de lo que en realidad es la capital de la Alcarria. Observándola, apreciamos mejor el momento actual de  la  ciudad con su  –¿dorada?– medianía, sus aspiraciones insatisfechas y sus defectos característicos”.

Hoy, aquella Calle Mayor aparece más muerta, con sus comercios tradicionales cerrados o sustituidos por impersonales bancos y tiendas de telefonía.