IGP PAN DE LA CRUZ DE CIUDAD REAL: un exclusivo pan con historia, tradición y mucha calidad
Es otro de los exclusivos productos de la gastronomía castellano-manchega, un producto de tradición centenaria y elaboración artesanal que se recoge en la marca Campo y Alma Castilla-La Mancha. Es el Pan de Cruz de Ciudad Real.
Este alimento amparado por la IGP Pan de Cruz de Ciudad Real se define como el pan formado por una pieza compacta y densa, de trigo candeal, bregado de miga consistente y blanca, en forma de hogaza abombada y con corteza lisa. Se reconoce porque en su cara anterior lleva dos profundos cortes perpendiculares en forma de cruz y en la cara posterior lleva el anagrama de la IG en forma de cruz de Calatrava.
Es un pan que se elabora con masa dura, de forma redondeada, con corteza gruesa, suave y crujiente de color dorado y sabor a cereal tostado. Su miga, de color blanco, es suave y esponjosa, con olor intenso a cereales y ligeramente dulce.
La zona de elaboración del Pan de Cruz abarca toda la provincia de Ciudad Real aunque es originario de la comarca del Campo de Calatrava, y más concretamente de la zona de Almagro, Carrión de Calatrava y Manzanares. Desde hace siglos es una tierra con extensos cultivos de cereales y en la que se elaboran una gran variedad de panes.
La experiencia y buen hacer de los panaderos ha permitido conservar y mejorar la elaboración de un pan con características organolépticas propias y diferenciadas, reconocidas y apreciadas por los consumidores.
Historia
Este tipo de pan está ligado históricamente al tipo de comida tradicional de esta zona, basada fundamentalmente en la gastronomía de labriegos y pastores que antiguamente iban de quintería.
Al tener este producto una larga conservación podía ser utilizado tanto de forma directa en platos y guisos, como acompañando a otros platos. Además, es ideal para acompañar los vinos y quesos manchegos.
CÓMO HACER PAN DE LA CRUZ DE CIUDAD REAL
225 g de agua templada
500 g de harina de trigo duro (W=180; P/L=0,7)
100 g de masa madre
10 g de levadura fresca de panadero
10 g de sal
Amasar todos los ingredientes y refinar hasta conseguir una masa de consistencia dura y tenaz, bolear cerrando bien la forma de bola.
Aplanar la bola. Los extremos deben quedar más bajos que el centro (forma cónica), imitando la formar de un sombrero.
Fermentar a temperatura y humedad ambiente durante una hora, tapando la masa con un paño, y aunque debe entrar al horno ligeramente acortezado, hay que prestar atención a que no haya corrientes de aire.
Diez minutos antes de cocer, se talla una cruz en una de las caras. Colocar en la pala con la cruz hacia abajo y pinchar con un palillo la parte superior para que no reviente por los laterales la pieza. Hornear sin vapor a 200º C durante 40 minutos.