La Banda, la orden militar que el Rey Alfonso XI instituyó en Guadalajara


Alfonso XI tuvo su residencia en Guadalajara en dos ocasiones. Cuando enfermo de gravedad consideró nuestra ciudad uno de los lugares más sanos de su reino.

Las Órdenes Militares eran instituciones religioso-militares que surgieron para luchar por el cristianismo con el poder de las armas y también para proteger a viajeros, peregrinos, pobres y enfermos.

La más antigua de la que se tiene noticia fue una Orden fundada en Siena (Italia), en el año 898 por un modesto trabajador de la ciudad, Sorore, que abrió en ella el hospital Della Scala, pero de las más conocidas, la más antigua es la de San Juan de Jerusalén , de Rodas y de Malta, que tiene sus orígenes en 1095 y también la de los Templarios fundada en Francia por un grupo de caballeros que presidía Hugo de Payns en 1119 y que se expandió por una gran parte de Europa, como en España a partir de 1170.

En España llegó a haber hasta 30 Órdenes Militares, algunas de ellas aún siguen existiendo, convertidas en asociaciones civiles, con carácter de organizaciones nobiliarias, honoríficas y religiosas, como la Orden de Santiago creada en León en 1151, la de Calatrava (Ciudad Real) en 1154 por el abad Raimundo de Fitero, la de Alcántara (Cáceres) en 1156 y la de Montesa (Valencia), por el Rey Jaime II de Aragón en 1317.

Guadalajara también tiene su historia en lo que se refiere a Órdenes Militares, ya que el Rey Alfonso XI de Castilla “El Justiciero” (1311-1350) creó la Orden de la Banda en el año 1332 en Vitoria, cuando el territorio alavés se incorporó al reino de Castilla. Fue un Rey que tuvo su residencia en Guadalajara en dos ocasiones, la primera en 1337, en la que según nos cuenta Fray Hernando Pecha (1567-1659), en su Historia de Guadalajara, escrita en 1632, estando en ella pidió subsidio a los obispos, prelados y clérigos de Castilla por las grandes necesidades  en que los moros le pusieron  con las guerras de Aragón.

Doce años más tarde en 1349, enfermo de gravedad, consideró a nuestra ciudad uno de los lugares más sanos de su reino y aquí, continúa la relación de Hernando Pecha, vinieron los Prelados de Reims, de Francia y de Rodas, embajadores del Papa, y el arzobispo de Braga, embajador de su suegro el Rey Alfonso IV de Portugal  (1291-1357) para tratar la paz entre los dos reinos.

También nos narra el siguiente suceso acaecido en nuestra ciudad cuando mandó llamar a Vasco Pérez de Loiz, de la Orden de Santiago, a quien sin dar parte al Rey habían elegido Maestre de Santiago a la muerte de su tío el Maestre Vasco Rodríguez. El rey enojado le preguntó a Vasco Pérez quien le hizo Maestre de Santiago, respondiendo él: “Señor los trece”  (en referencia al Consejo de los trece, compuesto en ese número de caballeros designados entre los gobernadores y comendadores de la Orden en honor a los 13 caballeros que en 1170 recibieron el encargo de Fernando II de León  (1137-1188) de defender la ciudad de Cáceres del asedio musulmán). El Rey le contestó: “Pues yo soy el catorce” y le arrebató la cruz del pecho. A continuación convocó a todos los caballeros y comendadores a Capítulo General, que se celebró en Guadalajara y fue elegido Maestre de Santiago, don Fadrique, hijo del Rey y de su amante doña Leonor de Guzmán (1310-151). 

Refiriéndose Pecha al capítulo 62, del libro 2 de la nobleza de Andalucía, de Argote de Molina (1548-1596), nos dice que estando el Rey don Alfonso en Guadalajara creó la Orden de la Banda, de esta forma: ”El día de San Juan Bautista, se juntaron todos los caballeros en presencia del Rey y les dijo que instituía en esta ciudad una cofradía de Caballeros y escuderos con el nombre de la Banda, a semejanza de la de San Salvador de Oviedo, que se reuniría cada año en este día en el campo y  si él estaba cerca vendría a participar en la Junta todos los días de Nuestra Señora de Septiembre y así lo hizo mientras vivió. Para honrar al Prioste de la cofradía le hizo alcalde de Castilla de los puertos allende permitiéndole juzgar en grado de apelación sobre todo los Pleitos del Rey. Este privilegio lo siguieron confirmando los siguientes monarcas y el alcalde tendría también facultad para juzgar a los herederos de Rentas y posesiones. Su residencia  sería la primera casa, saliendo a mano izquierda según vamos a la Puerta de Bejanque.

Fueron los primeros de este Cabildo de la Banda, como hay memoria en la carta vieja de dicha hermandad, los Orozco, Valdés, Pecha, Beltrán, Trillo, Prado, Zavallos y Guzmán, linajes nobilísimos en aquel tiempo.

La Orden de la Banda se concedía por ser defensores de la Fe y leales al Rey y era una Orden que formaba parte de la Institución  real, llegando en el siglo XV a ser concedida también a las mujeres, entrando en decadencia y considerándose extinta durante el inicio del reinado de los Reyes Católicos en 1474, porque su prestigio se resintió, según Fray Antonio de Guevara (1480-1545) en sus Epístolas familiares, porque en ella militaron muchos “caballeros pobres”. 

Los símbolos externos de la Orden eran un traje de paño blanco con una banda bermeja con escudo de oro, con cabezas de dragones en sus extremos, que cruzaba el pecho desde el hombro derecho hasta la parte izquierda de la cintura.

La Orden Militar de la Banda, instituida en Guadalajara, por el Rey Alfonso XI, es un testimonio más de la gran importancia que  nuestra ciudad tuvo en Castilla, cuando se estaba empezando a conformar lo que tiempos más tarde llegaría a ser uno de los Estados más poderosos del mundo.