La Biblioteca de Horche es galardonada por quinto año con el premio María Moliner
Para Sandra Bautista, su directora, “las bibliotecas públicas son el alma del pueblo”.
El próximo mes de enero, Sandra Bautista Viana, la directora de la Biblioteca Pública de Horche, cumplirá 18 años en un cargo que ha conseguido aunar las dos carreras universitarias que estudió, Magisterio y Biblioteconomía y Documentación. “Personalmente, me siento muy satisfecha con la labor que realizo. Siempre he sentido desde pequeña un profundo amor a los libros, y he querido trasmitirlo a todas las usuarias y a todos los usuarios de la Biblioteca de Horche”, analiza. Y añade: “Las bibliotecas públicas son el alma del pueblo. Es un lugar donde poder encontrar cuentos y libros maravillosos, lecturas que pueden servir para volar a otros mundos o para aprender y conocer otras realidades que no están al alcance de sus habitantes”.
Precisamente, es esa filosofía vertebradora que emana desde el trabajo de Sandra Bautista, esa apuesta por la cohesión de la sociedad y el “desarrollo intelectual, emocional, social, artístico y etcétera” de sus miembros, la que ha hecho que la Biblioteca Pública de Horche haya recibido una vez más un premio nacional ‘María Moliner’ de animación a la lectura, la integración social en la comunidad, el uso de las nuevas tecnologías y la eficacia en la labor bibliotecaria. En este caso, el galardón ha llegado por el proyecto titulado ‘Biblioteca de Horche: Vitaminas para tu sabiduría, salud y alegría y mucho más’, que aporta “a todas las usuarias y usuarios una serie de vitaminas para estimular su sabiduría, su imaginación, su salud, su alegría, su compromiso social… y muchos otros aspectos importantes para su desarrollo intelectual, imaginativo y creativo como seres humanos éticos, responsables, cuidadosos del medio ambiente, comprometidos con su salud física y emocional y las del resto de seres humanos, y poder salir victoriosas y victoriosos de esta situación que estamos viviendo y para que la biblioteca sea el alimento para su cuerpo, mente y espíritu a través de estas vitaminas llamadas así metafóricamente”.
“Este proyecto se dirige a todas las edades, razas y sexos. Está indicado para niñas y niños, mamas y papás, abuelos y abuelas, adolescentes, ancianos y ancianas, personas nacidas en Horche y personas extranjeras que viven aquí”, continúa Sandra Bautista, que hasta el momento ha visto galardonados todos los proyectos que ha presentado al premio, cinco en total, entre ellos, ‘Amor a las palabras’ y ‘Biblioteca Consciente; fantasía, creatividad, reciclaje e integración’. “El premio María Moliner de animación lectora que se convoca a nivel nacional tiene una gran repercusión y creo que ha conseguido visibilizar las bibliotecas y también a los profesionales que trabajan en ellas, es decir, bibliotecarias y bibliotecarios que muchas veces somos muy invisibilizados y hacemos una tarea constante y en los pueblos muchas veces infatigable para animar a leer y a acudir a estos mágicos lugares que son las bibliotecas”, reconoce.
Una salud excelente
Al resguardo de un precioso patio con árboles que cuenta con unas maravillosas vistas, la Biblioteca de Horche está ubicada en la Casa de Cultura, en una sala “muy linda, espaciosa y acogedora”, y goza de una salud excelente. “Goza de muy buena salud, sí, el fondo está muy actualizado con cuentos y libros de actualidad”, asiente Sandra Bautista, si bien hace hincapié en el oxígeno necesario que hace respirar a la Biblioteca horchana: sus usuarios y usuarias y la gran cantidad de actividades que se realizan.
Por un lado, en las actividades de carácter permanente, cabe destacar los bebecuentos, cuentacuentos y talleres de lectura y escritura acompañados de manualidades o representaciones teatrales, que se realizan mensualmente desde 3 años hasta 13 años, al igual que el club de lectura de personas adultas. “Son el alma de la biblioteca porque permiten que las niñas y los niños vayan desarrollando el amor por la lectura, los libros, la biblioteca y por la fantasía e imaginación”, mantiene la bibliotecaria de Horche.
Por su parte, en el capítulo de otras actividades, también conviene reseñar los cuentacuentos con narradores profesionales, las cartillas de lectura para niños y niñas, la Bibliopiscina o el Maratón Viajero de los cuentos.
“Desde que comencé a trabajar en la Biblioteca de Horche el número de niñas y niños usuarias y usuarios ha ido creciendo, y sobre todo he creado un número bastante considerable de usuarios y usuarias asiduos y asiduas para los que la Biblioteca de Horche es un lugar de encuentro fundamental donde leer y compartir lecturas y vivencias”, se enorgullece Sandra Bautista. “Podría hablar de varias sensaciones, muy diversas. Algunas vecinas y vecinos me han aportado en lo personal, amor, cariño, amistad, escucha, comprensión… Y en lo profesional, crecimiento, he intentado ir superándome a mí misma, aplicando distintas técnicas y metodologías a los talleres de lectura que he realizado para que no fuera algo monótono y aburrido, he querido formarme haciendo cursos también para aplicar novedades que nos hicieran crecer tanto a usuarias y usuarios como a mí misma”, prosigue. Y sentencia: “El futuro de la Biblioteca de Horche es que siga habiendo talleres de lectura, cuentacuentos de narradores y narradoras profesionales y, desde mi punto de vista, seguir comprando cuentos y libros en edición en papel para que no se pierda el encanto del papel y no se sustituya definitivamente por la edición digital. Se perdería la magia”.
Una magia que en Horche, como en tantos otros pueblos, se invoca siempre en el mismo sitio, el lugar al que acuden los soñadores sin límite de edad: su biblioteca pública.