La empresa de transporte seguntina, Goalva, prevé la ruina

La empresa de autobuses seguntina, Goalva, barrunta la ruina tras llevar unos meses sin ningún ingreso. Este negocio formado por dos socios tenían contratadas a 14 personas pero tras la determinación del Estado de Alarma tuvieron que hacer un ERTE al personal. Cubrían siete rutas escolares de Sigüenza y otras 7 rutas en Molina de Aragón. Así comenta uno de los socios de esta sociedad, Jesús Gil, que dice el sector está desamparado por el Estado porque expresa que “no sabemos cuando vamos a poder empezar porque de los bares sí que están diciendo, de los restaurantes están diciendo, de los comercios están diciendo, pero ha nosotros sí, nos van a dejar salir, pero no tenemos donde ir a trabajar porque no hay turismo, no hay escolares, no hay equipos deportivos, las asociaciones no trabajan, o no salen, normal, hay miedo y habrá por mucho tiempo.”

Por eso, reclaman al Estado en primer lugar con los ERTES que “no nos obliguen contratar a toda la plantilla cuando se acabe el Estado de Alarma porque sería la ruina para nosotros”. En segundo lugar, solicitan alargar la vida de los autobuses, porque “esta medida no le costaría nada al Estado.” En la actualidad, “el límite de edad de los autocares escolares están hasta los 16 años.” de vida útil. Añade, que esto no pasa en Europa. Otra solución sería “retrasar los leasing, préstamos, hipotecas o alquileres durante 1 año, realizando una novación de ellos y sin ningún tipo de interés.”

Jesus explica que “en el sector escolar tenemos los contratos suspendidos y esos contratos decían que por fuerza mayor si no trabajamos se nos pagaría el 50%. Pero claro, con los contratos activos. Ahora están suspendidos y no sabemos cómo va a ser el caso, porque ésto para nosotros sería la salvación.” Recalca que han solicitado ayuda y esperan una respuesta por parte de “Castilla La Mancha que es la que nos contrata y nos paga.”

Para ello, su empresa como las 12 que hay en total en Guadalajara se han unido a la Asociación de Direbús para unir fuerzas y dar mayor visibilidad a los problemas por los que están pasando. Confiesa que no puede ir a la cochera donde tiene su flota de autobuses porque siente mucha tristeza. “Desde marzo con ingresos cero y no sabemos cuándo vamos a ingresar un duro,” finaliza diciendo que lo único que les queda es “esperar la ruina.” Esperan que pronto les den una solución porque no quieren cerrar las puertas de su empresa para siempre.