La ermita de Peñamira

26/06/2021 - 13:41 Luis Monje Ciruelo

He tenido ocasión de asistir a las principales romerías de la provincia y me atrevería a decir que no hay otra con tan sugestivo paisaje, con permiso, por supuesto, de la extraordinaria belleza del barranco de la Hoz.

Entre los numerosos motivos por los que fue un éxodo singular desde el medio rural a la ciudad, no fue el menos importante, en el alfoz de la Ermita de Peñamira, la desidia, apatía o desinterés para salvar la Ermita de la Virgen de Peñamira de la inundación que forzosamente sufriría, con el previsto embalse de Beñeña a su altura, en el rio Sorbe, para el abastecimiento de Guadalajara y pueblos inmediatos. Divulgada la lamentable noticia a través de la Prensa, los párrocos y alcaldes se movilizaron para evitarlo. Una crónica mía en ABC, suscitó el ofrecimiento de un club de submarinistas de Madrid para venir con sus embarcaciones a salvar la imagen, puesto que no había otro medio para llegar al lugar. Sin embargo aunque la reacción fue favorable, resultó tardía, pues, tras varias inmersiones comprobaron que la imagen ya no existía, quizá porque era de yeso. De este intento y frustración, surgió el compromiso de todos para exigir a la Confederación Hidrográfica del Tajo la reconstrucción de la Ermita, de la cual solo asomaba de las aguas la torre de las campanas. Pese al compromiso que la Ley impone a las Confederaciones. La del Tajo tardó varios varios años en poder inaugurarse, acto en que tuve la satisfacción de asistir el ultimo domingo de mayo de hace treinta y cinco o treinta y seis años.

He tenido ocasión de asistir a las principales romerías de la provincia y me atrevería a decir que no hay otra con tan sugestivo paisaje, con permiso, por supuesto, de la extraordinaria belleza del barranco de la Hoz. La ermita de Peñamira preside un hermoso valle de hermosas laderas cubiertas de carrascas, pinos, robles y matorrales floridos de genistas, que alcanzaban el día de la inauguración su máximo esplendor primaveral. A la tradición de la romería, que se ha reanudado y se celebra anualmente, el último sábado de mayo en la nueva Ermita, acuden los pueblos de su alfoz mancomunadamente y no cada uno por su lado, y en días distintos como antes. Los romeros de mas edad, que vivieron, muy a su pesar, los años de divorcio de estos pueblos, pese a la heredada devoción a esta imagen, fueron los que mas disfrutaron de este hermoso acto de la inauguración, seguramente el doble de personas de las que habitualmente residen en los siete pueblos de la Comunidad de Beleña: Aleas, Beleña de Sorbe, La Mierla, Puebla de Beleña, Muriel, Montarrón y Torrebeleña. A la ermita se puede llegar a pie o en coche tomando la pista asfaltada que parte hacia la presa poco antes de llegar a la Mierla.