La larga historia de la calle Francisco Aritio
Una de las calles más míticas de la ciudad.
la inauguración de la estación de ferrocarril en Guadalajara el 2 de junio del año 1859 trajo consigo la creación de la barriada de la estación comunicada con Guadalajara y con el Cuartel de Aerostación a través de la calle Francisco Aritio. Se comenzaron a construir viviendas bajas, el complejo escolar “Isidro Almazán” e igualmente se bendijeron en el año 1924 los terrenos para la construcción de la iglesia de San Pedro, justo en frente de la estación del tren.
Por esta calle de Francisco Aritio discurría la carretera nacional II entre Madrid y Francia que pasaba por las capitales de Zaragoza y Barcelona. Esta carretera permaneció hasta el año 1963 que es cuando se inauguró la nueva circunvalación de la carretera nacional a su paso por Guadalajara.
Primeras empresas instaladas en Francisco Aritio
La llegada del ferrocarril a la calle Francisco Aritio trajo consigo la llegada de las primeras empresas a esta calle. Junto al río Henares se inauguró la fábrica de harinas “La Amparo”, la cual permaneció abierta hasta el año 1964 y por sus instalaciones pasaron muchas familias de trabajadores que en su mayoría residían en este emblemático barrio de Guadalajara. Por parte del Estado Español se instalaron los depósitos de la Campsa, la central de Obras Públicas y un almacén del Servicio Nacional del Trigo. Mucha importancia tuvo la empresa “La Pizarrita” en la cual se fabricaban materiales de Uralita y que contó con muchísimos trabajadores. Se encontraba junto a las líneas férreas teniendo la salida de camiones por la calle Francisco Aritio.
Poco a poco y debido al incremento de viajeros del servicio ferroviario comenzaron a abrirse negocios de hostelería como los bares del Segoviano, el Pombo, el Restaurante la Perla y los Ricardos e igualmente el restaurante y posada de la Florida.
La riada que inundó el barrio en otoño del año 1961
Uno de los momentos más delicados de la calle Francisco Aritio fue el 18 de octubre del año 1961. Esa tarde toda la barriada quedó inundada como consecuencia de la riada y desbordamiento del río Henares a su paso por el barrio de la estación. La comunicación tanto a través del ferrocarril como de la carretera nacional quedó totalmente cortada y muchos conductores y sus familias fueron acogidos por numerosas familias del barrio que ofrecieron sus domicilios para pasar la noche y evitar de esa manera cualquier contratiempo debido a las adversas condiciones climatológicas de esa trágica noche. Afortunadamente al día siguiente las lluvias cesaron y tras aliviarse el agua, las vías del tren y la carretera volvieron a la normalidad. Los vecinos de la calle Francisco Aritio recibieron posteriormente una carta personal del alcalde de Guadalajara, don Pedro Sanz Vázquez, en la cual agradecía su solidaridad y acogimiento a las personas que quedaron atrapadas en la riada.
La llegada de nuevas empresas
La construcción del nuevo puente sobre el río Henares a la altura del barrio de los Manantiales y la calle Francisco Aritio en el año 1990 trajo consigo la apertura de nuevas empresas desde el barrio de Manantiales hasta el nudo de enlace con la Nacional II a la altura del restaurante de los Faroles. Entre las nuevas empresas fueron numerosos los talleres y concesionarios de vehículos, naves de logística y otros establecimientos. La calle de Francisco Aritio está dedicada al célebre ingeniero de Obras Públicas que proyectó el traslado de la circunvalación de la Nacional II a su paso por Guadalajara. Así mismo fue el director de la antigua fábrica de vehículos “ La Hispano- Suiza” que se encontraba en la carretera de Marchamalo y que en la actualidad se encuentra en estado de ruina.