La nevada de Orea evoca los dramáticos recuerdos de la catástrofe de 2018

20/04/2022 - 09:32 FCV

Llega la primavera. Los pájaros salen de sus nidos. Las cigüeñas regresan de África buscando lugares cálidos y apacibles de la provincia. Se entremezclan con la nieve. Pero los vecinos de Orea no olvidan el año en que la localidad fue declarada ZONA CATASTRÓFICA. 

En diversos lugares de montaña de la provincia el invierno ha regresado a la vez que estas aves. Las temperaturas han caído en 10 ó 15 grados en el plazo de dos días. Se ha pasado de un clima estival a otro invernal tras un descenso abismal de los termómetros.

            Orea es sólo uno de los cientos de casos que se están dando en el Alto Tajo, tan acostumbrados a estas situaciones. Sin embargo, un fenómeno tan vistoso siempre es bien recibido, pero con unas reservas que más adelante se abordarán.

            La alcaldesa de Orea, Marta Corella, se ha topado esta mañana con que estaba cayendo una intensa nevada primaveral, unas precipitaciones que ya empezaban a deslizarse ayer por la noche “con templanza”, sin prisa, pero sin pausa, “cuando el ambiente tornó en color amarillo, un efecto mágico, hipnótico y cautivador, que siempre se produce cuando la luz de las farolas se difumina como consecuencia de los copos”.

            Hoy por la mañana, con la fresca, todos sus vecinos se encontraron con esta relativa sorpresa –porque no es raro que caiga nieve a estas alturas de primavera en la zona-. Los campos estaban cubiertos por una fina capa, los almendros, ya en flor, tapados por un doble manto blanco, el de las flores y el de la nieve. Las calles, cubiertas; los edificios, también. “Ahora mismo está cayendo y parece que no hay ganas de que pare; es una sábana de nieve primaveral que trae mucho agua y es muy buena para el campo”, pero también puede ser perjudicial y peligrosa…

            Sin embargo sí que hubo una sorpresa mayúscula: un grupo de cigüeñas que llegó a la localidad en busca de un lugar, siempre apacible, pero que no lo es tanto para ellas en esta situación, compartía el paisaje nevado con la flora y la fauna lugareñas. Esperaban unas temperaturas superiores, derivadas del cambio climático… Pero el monte siempre es monte, y más en Guadalajara, y más en el Alto Tajo. “Es la primera vez que vemos como se mimetizan en el paisaje blanco”. Una auténtica sorpresa para una zona cuyo día a día pocas noticias ofrece que se salgan de lo cotidiano.

Mal recuerdo de 2018: DECLARACIÓN DE ZONA CATASTRÓFICA

https://nuevaalcarria.com/articulos/el-ayuntamiento-de-orea-reclamara-hoy-la-declaracion-de-zona-catastrofica

Marta Corella asegura que la nieve de primavera es acogida con ilusión, con agradecimiento a la bonanza que trae, “pero desde lo que sucedió hace cuatro años la recibimos con más respeto”.  Y es que el 13 de abril de 2018, hace ahora cuatro años, miles de árboles fueron abatidos por un temporal de nieve que provocó que por el peso cayeran de raíz, desarraigados. Hubo un metro de nieve. "Es una nieve especial, que trae mucho agua, pero que tiene como consecuencia que su peso es muy superior a la invernal, lo que potencialmente es peligroso”, ilustra Marta Corella. El Alto Tajo tuvo que ser declarado Zona Catastrófica. Vías de comunicación y edificios fueron dañados.

El grueso de los desperfectos sucedió en la zona de la Hoz Seca, en la que se encuentran el camping municipal y el albergue. Las labores iniciales fueron muy complicadas, debido al mal estado de las pistas forestales les ha impedido acceder para comprobarlo. 

            El panorama fue desesperanzador. Hubo que trabajar de sol a sol para retirar los árboles caídos, en directa colaboración con el ingeniero y el director del Parque Natural del Alto Tajo. “Hubo que retirar los despojos en el momento para lograr que tuvieran un feedback monetario derivado de la subasta de los lotes de su madera que posteriormente revirtió en fondos para seguir trabajando con el objeto de restaurar la zona a como se hallaba previamente”, recuerda. Hubo que sacar recursos de debajo de las piedras porque los seguros se hicieron cargo de una mínima parte de las infraestructuras afectadas.

            Los efectos tuvieron tal entidad que aún a día de hoy el Ayuntamiento de Orea ha sacado un plan de empleo para realizar las últimas tareas.