La pandemia ha llevado este curso a 368 alumnos más a los colegios rurales

05/12/2020 - 09:48 M.T.A.

Destaca el aumento en Yebes, Chiloeches, Pioz, Uceda, Cabanillas o Trijueque.

La situación santaria que estamos viviendo provocada por la pandemia del coronavirus está cambiando la forma de vida de muchas familias. La búsqueda de espacios más amplios y con menos aglomeraciones, unido al mayor acceso al teletrabajo, ha llevado a muchas familias a dejar la gran ciudad y volver o buscar un pueblo donde pasar esta pandemia con menos riesgos, lo que se ha traducido en un aumento de la matriculación en los colegios rurales de la provincia (todos excepto los de Azuqueca y Guadalajara capital). 

Según los últimos datos facilitados por la Delegación Provincial de Educación, tras hacer un recuento minucioso de los alumnos que hay matriculados este año en cada curso respecto al anterior, se ha producido un aumento de 368 escolares, que están repartidos en 45 colegios de Educación Infantil y Primaria (CEIP). Los que más incremento han registrado son los que están más próximos a la Comunidad de Madrid. Así, el  colegio Jocelyn Bell de Yebes ha registrado un incremento de 30 alumnos; y le sigue el CEIP José Inglés de Chiloeches con 24. En Pioz ha habido 21 matrículas más en el colegio Castillo de Pioz y nueve en el de la urbanización La Arboleda. El colegio García Lorca de Uceda ha tenido 18 más;  y en Cabanillas del Campo, La Senda ha tenido 16 y Los Olivos, cinco.  

Otros colegios como el San Roque de Horche y el número 3 de Yunquera de Henares han recibido a 14 nuevos alumnos cada uno. El  Romualdo de Toledo de Jadraque ha contabilizado 13 más. En Alovera, los tres colegios han aumentado sus matrículas: el Virgen de la Paz ha tenido cuatro más, el Campiña Verde 11 y el Parque Vallejo 12. En El Casar, el centro Maestros ha subido ocho y  el de la urbanización El Coto 10. En Marchamalo también ha habido un incremento en sus dos centros: el Cristo de la Esperanza ha recibido a 10 alumnos nuevos y el Maestra Teodora a ocho. 

El colegio de la urbanización Parque de las Castillas de Torrejón del Rey ha sumado nueve alumnos más; el Sagrado Corazón de Jesús de Tórtola de Henares, ocho; el Virgen del Amparo de Torija, cinco; el Clara Sánchez de Galápagos y el Santa Brígida de Pozo de Guadalajara, cuatro cada uno; en Villanueva de la Torre, el colegio Gloria Fuertes ha contabilizado cuatro más y el Paco Rabal uno; el CRA Francisco Ibáñez de Iriépal, seis; y el Villa de Quer, uno. 

Más alejados de Guadalajara capital y de Madrid, localidades como Sigüenza han sumado tres alumnos más en el colegio San Antonio de Portaceli y ocho en el de la Sagrada Familia. El CEIP La Isabela de Sacedón ha recibido a ocho más; el San Francisco de Cifuentes ha sumado seis; el colegio José Maldonado y Ayuso de Mondéjar ha contabilizado cinco más; el Miguel de la Cuesta de Lupiana, tres; y el Ciudad de Capadocia de Trillo y el de Nuestra Señora de Peñahora de Humanes han contabilizado dos más cada uno.  

  Los Colegios Rurales Agrupados (CRA) también han recibido a nuevos alumnos este curso. Así, el CRA La Colmena de Albalate de Zorita y el Valles del Tajuña de Tendilla han tenido ocho matrículas más cada uno; el CRA La Encina de Cogolludo ha sumado siete; y el Pimafad de Almoguera, el Rincón de Castilla de Villel de Mesa y el Santa Lucía de Budia han contabilizado otros seis cada uno. Otros colegios rurales más pequeños como el de la Sexma de la Sierra de Checa ha recibido a cuatro alumnos más; el Sierra Ministra de Alcolea del Pinar, tres; y el colegio Serranía de Atienza, dos. 

“La pandemia nos ha hecho repensar nuestra forma de vivir en las ciudades y la gente, en la medida de lo posible y que su trabajo se lo permita, está volviendo a los pueblos”, precisa el delegado provincial de Educación, Ángel Francisco Fernández-Montes, que añade que también el hecho de querer estar cerca de los servicios y de las ciudades grandes ha hecho que se produzca un efecto de “radiación divergente”, de ahí que se hayan producido más incrementos de matrículas en los municipios más próximos a la capital, aunque también en las localidades más alejadas. 

“El que sale de una gran ciudad no se va a Hita, se va a lugares en los que tenga acceso a la vivienda y al trabajo” de ahí, señala, que los colegios de Yebes, Chiloeches o Uceda hayan tenido los mayores aumentos, aunque Fernández Montes también destaca el aumento “muy importante” de alumnos en Albalate de Zorita  con ocho o los 11 de Trijueque que, asevera, es “un número sustancial” para un centro “que era muy pequeño”. 

Este incremento está directamente ligado a la situación sanitaria que estamos viviendo provocada por el coronavirus, tal y como confirma el delegado provincial, pues asegura que anteriormente “este aumento no se había dado así, y sobre todo en los sitios más pequeños”. De momento, en este curso no se ha reabierto ningún colegio, pero no descarta que si se mantiene esta situación esto pueda producirse en el próximo curso. “Está claro que ha habido una migración de los padres a zonas más rurales para salir de las grandes ciudades”. Unos han vuelto y otros se han quedado después de pasar en ellos el periodo de confinamiento buscando clases con menos alumnos donde no llegan a las ratio de 25 o 27 alumnos por clase, como puede ocurrir en la ciudad. Según Fernández-Montes, los padres tomaron la decisión de cambiar de domicilio en verano y en estos meses ya se han estabilizado las matriculaciones.  

El delegado provincial de Educación ha concluido haciendo balance de este curso marcado por la pandemia: “El  número de aulas abiertas es enorme”, y según ha señalado solo el 0,10 por ciento de las aulas están cerradas por Covid en la provincia, y que tras cumplir el periodo de confinamiento de 10 días vuelven a reabrir; y a nivel regional suponen el 0,27 por ciento. “Podemos decir que los centros han sido espacios seguros, que las medidas han funcionado” y se pregunta si seremos capaces de mantenerlo así después de Navidad, de lo contrario, afirma, “habrá sido un fallo nuestro como sociedad”.  

El colegio de Chiloeches, uno de los más demandados

El centro de Educación Infantil y Primaria José Inglés de Chiloeches es uno de los que ha contabilizado un mayor incremento de alumnos. Su director, Víctor López, cuenta que cuando acabó el periodo de matriculación en febrero empezaron a recibir llamadas de familias que querían matricularse porque habían decidido cambiar su lugar de residencia. Así empezaron su goteo de nuevos alumnos en mayo y junio, sobre todo con familias provenientes de Madrid. Se da la circunstancia que Chiloeches tiene tres urbanizaciones. 
Al igual que todos los centros han tenido que adaptarse a la nueva realidad que ha impuesto el coronavirus con cambio de horarios, entradas escalonadas, recreos dobles, un baño por clase, la reconversión del aula de música en comedor y el establecimiento de cuatro turnos para dar de comer a 130 alumnos, entre otras medidas. La media de alumnos del centro está entre los 350 y los 370. 
“Nosotros somos centro digital –el primero–y llevo desde septiembre pidiendo licencias”, señala López. 
Precisamente aprovechando esa tecnología y reinventándose para cumplir todas las medidas de seguridad, tratan de seguir manteniendo ese carácter “ilusionante” que cree que deben tener los colegios. 
 “Trabajamos de forma digital de los tres a los 12 años y durante el confinamiento hemos tenido aulas virtuales con las familias desde los tres años”.  
El director hace por tanto un balance positivo de estos meses de curso, aunque cree que al principio fueron “una diana gratuita, parecía que íbamos a ser focos de todo”, y asegura que les llevó mucho tiempo “calmar” a los padres y cuando han abierto los centros “hemos currado mucho los equipos directivos para que todo estuviera contemplado”, explica. 
“Toda esa organización de centro que al principio parecía una locura a nosotros nos ha llevado a una tranquilidad tremenda, porque nosotros creo que hemos tenido contados con una mano los casos de Covid”, y los que han tenido han sido por contagios en el exterior. López destaca además el comportamiento de los alumnos que, relata, se están portando de forma “espectacular”, finaliza.