La Riba de Saelices sacó sus vestuario de antaño para rememorar como era la vida en los pueblos
La Asociación Cultural La Riba organiza esta cita que ha alcanzado su cuarta edición.
Este sábado, día 22 de junio, los vecinos del municipio de la Sierra del Ducado vovieron a vestirse a la antigua usanza por cuarta ocasión, haciendo gala de las antiguas vestimentas que se usaron allí en tiempos pretéritos. La Asociación Cultural La Riba organiza esta cita que cuenta con el apoyo y la colaboración de la Diputación, así como de otras organizaciones. Para esta cita, los vecinos pusieron manos en la masa y volverán a encender el horno comunal por la mañana, y encendieron la antigua fragua, despues de disfrutar de una comida en común, para mostrar distintos trabajos en hierro.
Comenzó la jornada a las 10.30 horas en la plaza Mayor, cuando vecinos y visitantes se dirigieron hacia la plaza del Horno. Los más atrevidos probaron a amasar el pan que posteriormente se introdujo en el horno del común para su cocción. En una jornada de marcado carácter tradicional, no faltó la música de las dulzainas del Aula de Dulzaina de Sigüenza, de la Escuela Provincial de Folklore, dirigida por el maestro Antonio Trijueque. Despues de las 13.00 horas, se inauguró la muestra de otros oficios en la plaza Mayor y el baile vermú, al son de los dulzaineros, hasta la hora de la comida popular.
Ya por la tarde, el protagonismo le correspondió a los lugareños de la cercana localidad de Ribarredonda. Y es que los homenajeados dan el relevo a los vecinos de La Loma, que fueron los invitados el pasado año. El desfile tuvo lugar hacia las 16.30 horas en la plaza Mayor. Después los vecinos acudieron a la antigua fragua, donde hubo una muestra de las distintas herramientas que se usaron en este espacio, tras cuarenta años apagada. Tampoco faltó la música de cuerda, de la ronda de la localidad a últimas horas de la tarde. Un picoteo para el vecindario y un pase musical, ya por la noche, cerró la jornada.
Con este programa se quiere seguir animando a todos los vecinos y visitantes a buscar y dignificar aquellas prendas que cayeron en desuso y que hoy aparecen para ser parte de nuestras señas de identidad. Los sones de nuestra música tradicional y un concurso de fotografía, organizado por la Agrupación Fotográfica de Guadalajara, puso el broche.