La Semana Grande

16/09/2023 - 19:15 Pedro Villaverde Embid

Felices fiestas, o lo que quedan de ellas, en la esperanza de que el nuevo curso rebaje la crispación y se centre en el bienestar de los ciudadanos y el progreso de la ciudad.

El colofón del verano en Guadalajara viene de de la mano de sus ferias y fiestas que disfrutamos ya en su máxima intensidad. Son cerca de doscientas actividades a lo largo del mes de septiembre de contenido lúdico que arrancan con la procesión del traslado del 29 de agosto, adquieren carácter oficial con el pregón literario en el teatro Buero Vallejo, parecen tener punto de partida en la procesión de la Virgen de la Antigua pero no alcanzan su explosión definitiva hasta el chupinazo del lunes de ferias, inicio de nuestra esperada, intensa y querida Semana Grande, la de los vermús que se alargan con el llamado ‘tardeo’, los conciertos multitudinarios en la Fuente de la Niña y los festejos taurinos en plaza, infrautilizada el resto del año, y por las calles con encierros de categoría nacional. La alegría de las charangas, el colorido de las peñas, el chorizo o la morcilla de la feria y las atracciones para los más pequeños hacen el resto. Son días de ruido, inevitables molestias, olor a orines aunque haya muchos aseos portátiles y sobre todo de un gran ambiente. 

  Lo que queda de fin de semana es lo que nos queda por delante y por lo tanto debemos disfrutarlo sabiendo convivir, respetando a los que se divierten pasándose un poco de decibelios y horas, pero también a los que necesitan o quieren descansar. Deseamos que no haya incidencias, ponemos en valor el trabajo de cuantos hacen posible la celebración de estos días, que para muchos supone empleo o negocio, así como de los servicios públicos de policía local, protección civil o sanitarios y agradecemos también la organización de las mismas por nuestros políticos. Lamentamos, eso sí, la tensión, las declaraciones, los conflictos entre oposición, hasta hace poco en el gobierno, y los actuales mandatarios, incluso entre administraciones. Todos deberían estar a la altura de la posición que ocupan. Felices fiestas, o lo que quedan de ellas, en la esperanza de que el nuevo curso rebaje la crispación y se centre en el bienestar de los ciudadanos y el progreso de la ciudad.