Las siete figuras diabólicas de una iglesia románica alcarreña
La Iglesia alcarreña de El Salvador es un hermoso edificio en el que se mezclan dos estilos arquitectónicos bien diferenciados, aunque su aspecto dominante es el de un templo gótico.
Eduardo Manuel Gordillo nos trae a la actualidad en su perfil de Facebook una joya del románico provincial que bien merece la pena recordar. La foto que publica nos recuerda la magnífica portada de Santiago. El conjunto de ésta representa el antiguo poema de Prudencio titulado la Psicomaquia en el que se desarrollaba una batalla entre la Fe y la Idolatría.
Lo que se ve en la arquivolta exterior de la portada, que se encuentra en la iglesia de Cifuentes, son, de izquierda a derecha del espectador, siete figuras diabólicas provistas de elementos de martirio y pecado. Una de ellas sorprende por su verismo: es una diablesa horrible, deforme, desnuda, de grandes pechos lacios, que está pariendo una pequeña figurilla, puesta boca abajo, coronada y con un cetro en la mano; viene a representar, con gran crudeza, el origen diabólico del rey. Son representaciones de vicios.
En la parte derecha de esta arquivolta externa se ven otras siluetas de siete figuras que, por este orden, representan de abajo a arriba una pareja humana, vestida con amplios mantos, que aplastan con sus pies una cabeza monstruosa; el obispo don Andrés, de Sigüenza, un peregrino con sombrero, bordón, cantimplora y manto, que pisa a un demonio; un hombre devoto, orante, con vara de autoridad, pisando a otro demonio; una mujer anciana, con vara y finalmente una reina. Son las virtudes.