Lee y empápate de la naturaleza y cultura de la región a través de las Rutas Literarias de Castilla-La Mancha

06/09/2024 - 14:31 Redaccion

Las rutas literarias de Castilla-La Mancha ofrecen una ventana única hacia la rica historia literaria y cultural de España y la región. Esta tierra, inmortalizada por la pluma de Cervantes en El Quijote, es un tesoro de inspiración tanto para escritores como para lectores. Estas rutas no solo brindan un viaje físico a través de sus paisajes pintorescos, sino también un viaje intelectual a través de las obras que han capturado la esencia de la región. Cada paso cuenta una historia: desde los molinos de viento de La Mancha que inspiraron las aventuras de Don Quijote y Sancho, hasta los pueblos medievales que evocan la atmósfera de las novelas de misterio de Camilo José Cela.
Cada ruta celebra las obras de grandes maestros de la literatura española, pero también dan vida a los lugares que los inspiraron. Son puentes entre el pasado y el presente, entre la imaginación y la realidad, que nos invitan a explorar y celebrar el rico legado literario de nuestra fascinante región, tanto a través de los clásicos inmortales como de las voces contemporáneas que siguen escribiendo la historia de nuestras letras y continúan enriqueciendo el panorama literario con obras que resuenan en lectores de todo el mundo y son best sellers, manteniendo viva la tradición literaria de Castilla-La Mancha. Los siguientes ejemplos reflejan solo algunas de las Rutas Literarias de Castilla-La Mancha. A través del código QR puedes acceder al resto.

El Quijote, Miguel de Cervantes

“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Se piensa que Miguel de Cervantes concibió la escritura de El Quijote en la prisión de Argamasilla de Alba, encerrado en una celda que no es otra que la Casa de Medrano, hoy un magnífico centro cultural que combina la arquitectura tradicional manchega con diseño y materiales modernos. Otros puntos de interés son la Iglesia de San Juan Bautista y el Castillo de Peñarroya, ambos referidos en la novela. Todos los años en torno al 23 de abril, fecha de la muerte de Cervantes, se celebran las Jornadas Cervantinas. Según parece, el nombre de Ruidera podría estar ligado al ruido producido por las cascadas que caían de lagunas más altas a otras más bajas. Cuando uno llega por primera vez a Ruidera queda totalmente sorprendido. Tras atravesar parte de La Mancha nos encontramos de repente con un paisaje totalmente distinto lleno de armonía, con mucha vegetación y diversidad de fauna. Otros puntos de interés son la Ermita de San Pedro de Verona y el Castillo de Rochafrida. El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera es uno de los espacios más bellos de la región. Se trata de un hermoso enclave paisajístico y un lugar privilegiado: un rosario de 15 lagunas a lo largo de 28 kilómetros, enlazadas unas con otras mediante cascadas, riachuelos y canales subterráneos. Dispuestas de forma escalonada, con un descenso de 120 metros desde la primera laguna, la Blanca, hasta la última, Cenagosa. Situado al oeste de la provincia de Albacete, junto al límite con la de Ciudad Real, en él encontramos abundantes resonancias quijotescas. En su territorio se encuentra la Cueva de Montesinos y nueve de las quince Lagunas de Ruidera. La Cueva de Montesinos es, junto a El Toboso, patria de Dulcinea, el lugar más citado en toda la novela: las fantásticas visiones que tuvo en ella don Quijote ocupan varios capítulos de la obra y son numerosas las veces que el hidalgo vuelve sobre este episodio. 

Coplas a la Muerte de su Padre, de Jorge Manrique

Esta ruta literaria abarca las provincias de Ciudad Real, Toledo y Cuenca. La obra da comienzo con una reflexión sobre la fugacidad de la vida y la inevitable llegada de la muerte, siendo un homenaje a su padre, quien falleció en Ocaña (Toledo). El recorrido parte de Villamanrique, donde Manrique pasó su infancia en la Casa de los Manrique. Continúa en Ocaña, destacando su Plaza Mayor y edificios religiosos como el Convento de Santa Clara. El viaje sigue hacia el Triángulo Manriqueño, que incluye Santa María del Campo Rus, el Castillo de Garcimuñoz y Uclés. En el Monasterio de Uclés, apodado ‘El Escorial de la Mancha’, de los siglos XVI y XVII, reposan los restos del poeta y su padre. Este exhibe un claustro impresionante y la Iglesia Parroquial de Santa María guarda varias reliquias. Destacan sus jornadas temáticas en verano: de la Orden de Santiago, Populares, de la Siega, Etnográficas, Medievales... El trayecto concluye en Segóbriga y Huete, donde se encuentran vestigios romanos y un rico patrimonio monumental.

Lazarillo de Tormes

Conecta la ficción y realidad de los lugares visitados por el personaje principal, Lazarillo, en sus andanzas. Esta conexión no solo abarca sitios físicos, sino también los momentos específicos que ofrecen una comprensión más profunda del entorno histórico y geográfico en el que se desenvuelve la trama. La ruta literaria comienza en Almorox, donde Lazarillo y el ciego reciben un racimo de uvas como limosna durante la vendimia. Desde aquí emprenden marcha a la ciudad de Toledo, pasando por Escalona, dominada por su hermoso Castillo asomado al Alberche desde hace siglos, y la Plaza Mayor, donde podemos encontrar incluso el pilar contra el que Lázaro estrelló al ciego o las tiendas de buenos embutidos ibéricos. La siguiente parada es Maqueda, en la que desde el cerro en el que se levanta, se divisan unas vistas preciosas de sus campos y las lejanas montañas azules de la Sierra de Gredos. El paraje es ideal para hacer rutas de senderismo o a caballo.  También pasaron por Torrijos, donde se puede ver el Palacio de Pedro I y la Antigua Colegiata del siglo XVI, que es hoy la iglesia parroquial. Finalmente, llegaron a Toledo, donde le llevó su amo. La Catedral es el punto central de la ciudad, siendo un monumento emblemático construido entre 1226 y 1492, que combina diferentes estilos arquitectónicos como el gótico, mozárabe, renacentista, barroco y neoclásico. En su interior, la Sala del Tesoro resguarda valiosas obras de arte, como la Custodia de Enrique de Arfe, exhibida solo durante el Corpus Christi, y una destacada pinacoteca con obras de artistas como Velázquez, El Greco, Tiziano, Rafael y Caravaggio. El segundo punto de interés es el Pozo Amargo o la Bajada del Barco, donde se encuentra el Convento de Santa Isabel, con una iglesia de estilo mudéjar y artesonados medievales. Este barrio también alberga la Escuela de Traductores de Toledo. El último punto de la ruta se enfoca en la antigua calle de la Tripería, que conserva nombres de antiguos gremios y casas con portadas de los siglos XV y XVI, evocando el mundo descrito en El Lazarillo de Tormes.

Mío Cid 

Está inspirado en lugares, personajes, eventos, cultura e historia de gran parte de los pueblos de la época medieval de la provincia de Guadalajara, a través de la figura legendaria del Cid Campeador. Podríamos iniciar la ruta en Miedes de Atienza, en la falda de la sierra de Bulejo, donde se pueden apreciar casas señoriales y una iglesia parroquial románica del siglo XVIII. Después Atienza, con murallas medievales y una plaza del Trigo evocadora, destaca por su castillo y su ambiente propio de la Edad Media. El siguiente pueblo es Robledo de Corpes, lugar en el que se produjo la Afrenta de Corpes, narrada en la segunda parte del Poema de Mío Cid. Algunos especialistas han elegido en este enclave la Ermita de la Virgen del Monte como el escenario donde los infantes de Carrión azotaron y maltrataron a las hijas del Cid, dejándolas moribundas y abandonadas. Imperdible la visita a Jadraque donde está el castillo del Cid sobre una cima aislada, y su Plaza Mayor, que agrupa a su alrededor monumentos como el Palacio de los Verdugos del siglo XVIII, que fue residencia temporal de Jovellanos y ahora es la sede del Ayuntamiento. Muy próximo está Hita. En la puerta de entrada (Arco de Santa María) hay un hito del Camino del Cid y los escudos de los Hita y los Mendoza. La Plaza Mayor es una excelente representación de las plazas castellanas del medievo. El pintoresco espacio público está dedicado al clérigo Juan Ruiz, arcipreste de Hita y autor del Libro de Buen Amor, a quien se dedica un pequeño museo. Y no te pierdas en julio su Festival Medieval, declarado de Interés Turístico Nacional. Importante es pasar por la ciudad señorial de Sigüenza donde se encuentra el Palacio del Doncel del siglo XV, las iglesias románicas de Santiago y San Vicente, la imponente catedral de San María, la Plaza Mayor con llamativos arcos renacentistas en la fachada del Ayuntamiento y el castillo medieval en la parte alta, que alberga las dependencias del Parador de Turismo. Los abrigos naturales y las cuevas de Anguita, excavadas en las paredes areniscas de la garganta del río Tajuña, se mencionan en el verso 544 del Poema de Mío Cid; sin dejar de pasar por alto la Torre de la Cigüeña, una antigua atalaya musulmana. Y para finalizar, Molina de Aragón, relevante por sus castillos. Y si quieres empaparte de naturaleza, parada obligada son los Parques Naturales del Barranco del Río Dulce y del Alto Tajo en esta ruta literaria.

Quercus, de Cifuentes

La novela ha conseguido universalizar Los Montes de Toledo, Cabañeros y Navas de Estena convirtiéndolas en un territorio literario, conocido como ‘Territorio Quercus’. El espacio abarca todo un circo de montañas entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, en el que se mueven los personajes de la novela, poniendo en valor la belleza y autenticidad de un paisaje, con su fauna y su flora, así como una cultura ancestral, basada en el aprovechamiento de los animales y la tierra –la caza, la corcha, las cabras, el carbón, la leña...– y en la lucha por su supervivencia ante el abandono y la presión asfixiante de los grandes latifundistas. La ruta literaria Quercus se ubica en la localidad de Navas de Estena (Ciudad Real), Enjambre en Anchuras (Ciudad Real) y Valhondo en Robledo del Buey, pedanía de Los Navalucillos (Toledo). En su recorrido se siguen las huellas de los personajes de la novela, reconociendo los paisajes y el territorio humano que inspiraron al autor en su escritura. Las tres rutas forman una especie de triángulo en el centro de Los Montes de Toledo, en el corazón de Los Montes de Toledo. 

Viaje a la Alcarria

Guadalajara es el punto de partida de esta ruta literaria, como lo fue para Camilo José Cela. Su casco histórico invita a conocer los torreones del Alamín y de Alvar Fáñez, ambos del siglo XIII, restos de la antigua muralla de la ciudad; los Palacios de don Antonio de Mendoza, el de Dávalos, los dos del siglo XVI; el afamado Palacio del Infantado, del siglo XV; sin quitar protagonismo a las innumerable iglesias , entre las que destaca la Concatedral de Santa María la Mayor; y también el Panteón de la Duquesa de Sevillano. Hacia Torija, el Castillo del siglo XV y el Museo de Viaje a la Alcarria nos conectarán con la obra de Cela. Brihuega cautiva con su Conjunto Histórico-Artístico, la Antigua Real Fábrica de Paños o el castillo de la Piedra Bermeja. Masegoso de Tajuña ofrece la experiencia de un pueblo nuevo y tradiciones como la matanza comunal. Cifuentes revela su belleza alcarreña a través de la Plaza Mayor y la Iglesia de Santiago. Trillo, a orillas del Tajo, fascina con su patrimonio arquitectónico y el Monasterio de Santa María de Óvila. Chillaron del Rey nos recibe con la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Huertos, construida a finales del siglo XVI, y una Plaza Mayor en la que encontramos una Casona nobiliaria del siglo XVII, con escudo en la fachada que atestigua que perteneció al Cabildo de la Catedral de Cuenca. En Durón y Sacedón resalta todo el conjunto panorámico que proporciona el Embalse de Entrepeñas, conocido como el Mar de Castilla, con todas sus zonas recreativas y playas, donde se pueden practicar todo tipo de deportes acuáticos y pesca. La ruta continúa por Budia, Pareja, El Olivar, Auñón, Alhóndiga, Tendilla, Fuentelviejo, Hueva, Pastrana y Zorita de los Canes, que nos transporta a través de callejuelas históricas, iglesias centenarias y paisajes impresionantes, enriqueciendo nuestra experiencia en la Alcarria.

El Regalo, de Eloy Moreno

La ruta literaria de El Regalo, de Eloy Moreno, nos lleva a Alarcón, una villa histórica en la provincia de Cuenca. El protagonista llega a este lugar único, rodeado por las gargantas del río Júcar, describiendo la sensación de llegar a un sitio especial, como el recreo en la infancia o el momento justo antes de soplar las velas. La carretera que lleva allí parece escapar de la muerte, pero el destino es precisamente lo opuesto: un oasis de historia y misterio. El castillo de Alarcón, majestuoso y bien conservado, domina el paisaje, recordando sus raíces árabes y sus reformas medievales. El recorrido por sus calles empedradas revela edificios históricos como la Iglesia de Santa María y el Palacio de los Castañeda. La naturaleza con senderos junto al río Júcar y panorámicas espectaculares, añade otro nivel de encanto. Alarcón se convierte así en un personaje más, tal como describe Moreno: “En aquel momento no era consciente de que acababa de llegar a un lugar del que ya no podría escapar, aunque algún día logrará salir”.

La Memoria de la Lavanda, de Reyes Monforte

Brihuega, conocida como El Jardín de la Alcarria, es el escenario, junto con los campos de lavanda que rodean el caserío guadalajareño, de la novela de Reyes Monforte. Además de un entorno de gran belleza, la localidad nos ofrece agradables y tranquilos paseos por un casco urbano en los que podemos disfrutar de un interesante patrimonio cultural. Sus edificios civiles como el castillo de la Peña Bermeja y los religiosos como la iglesia de Santa María, San Felipe, San Miguel o la antigua iglesia de San Simón nos llevan del románico tardío hasta el gótico, destacando en ese trayecto el esplendor de la arquitectura cisterciense que llegó a Brihuega en el siglo XIII. Cada mes de julio, el aroma de lavanda impregna los campos de la comarca de Brihuega. En honor a la nueva cosecha se celebra desde 2012 el Festival de la Lavanda, organizado por la Asociación Cultural de la Lavanda. Las calles y plazas de la localidad se engalanan; se celebran mercados, exposiciones, visitas guiadas y conciertos únicos al atardecer en los que el público, vestido de blanco se fusionan con los campos morados.