Los bosques se visten de invierno en los parques naturales
La región ofrece al visitante espectaculares paisajes en sus siete parques naturales y dos nacionales
Castilla-La Mancha, una de las regiones más extensas de la península ibérica, transforma su geografía en un espectáculo natural con la llegada del invierno. Sus siete parques naturales y dos parques nacionales ofrecen una diversidad de paisajes que, bajo las temperaturas frías y la luz tenue de la estación, adquieren una belleza serena que invita al recogimiento, la contemplación y el descubrimiento pausado.
Desde las hoces del Alto Tajo hasta las lagunas turquesas de Ruidera, pasando por los pinares de la Sierra Norte de Guadalajara o las formaciones kársticas de la Serranía de Cuenca, los visitantes encuentran en estos espacios protegidos una alternativa a los destinos masificados, con propuestas de turismo activo y sostenible para todas las edades.
En el norte de Guadalajara, el Parque Natural del Alto Tajo se presenta como una opción ideal para los amantes del senderismo. Sus cañones fluviales, cubiertos de escarcha en las primeras horas del día, ofrecen una visión imponente desde miradores como el del Puente de San Pedro o el del Barranco de la Hoz. Los pinares se mezclan con sabinares y bosques de ribera, configurando un mosaico ecológico de gran valor. Además, puntos como la laguna de Taravilla o el yacimiento de Castil de Griegos, en Checa, combinan naturaleza y arqueología en una experiencia completa.

El cercano Parque Natural del Barranco del Río Dulce, también en Guadalajara, destaca por sus paisajes abruptos y su vinculación con la figura de Félix Rodríguez de la Fuente, que grabó allí varios episodios de su serie sobre fauna ibérica. La ruta desde Pelegrina es una de las más transitadas, incluso en invierno, por su facilidad de acceso y riqueza paisajística.
La Serranía de Cuenca es otro de los destinos más visitados en invierno. El Monumento Natural del Nacimiento del Río Cuervo muestra su cascada parcialmente congelada, ofreciendo imágenes de singular belleza. La ruta del Sendero del Nacimiento, accesible para personas con movilidad reducida, permite disfrutar del entorno de forma segura. El parque incluye además espacios emblemáticos como la Ciudad Encantada o el Ventano del Diablo, puntos de visita obligada en cualquier época del año.
En la provincia de Albacete, el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima destaca por el paraje de Los Chorros, donde el agua cae desde la cueva del nacimiento del río Mundo en una sucesión de cascadas que, en invierno, puede verse adornada con formaciones de hielo. El entorno incluye localidades como Riópar o Yeste, que ofrecen alojamientos rurales y rutas complementarias.
El sur de la región alberga el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, en Ciudad Real. Este espacio combina paisajes de dehesa, restos volcánicos y una notable presencia de fauna salvaje, como ciervos, corzos y águilas. Su patrimonio arqueológico, con pinturas rupestres en abrigos como Peña Escrita o La Batanera, y restos mineros como la ciudad romana de Sisapo, lo convierten en un destino atractivo también en invierno.
Las Lagunas de Ruidera, repartidas entre Ciudad Real y Albacete, muestran en invierno una faceta más tranquila y silenciosa. Las 16 lagunas conectadas por cascadas ofrecen un espectáculo de reflejos y aguas azules, con senderos habilitados para recorrer a pie o en bicicleta. La visita puede completarse con la entrada a la Cueva de Montesinos, escenario literario en el “Quijote”.
Los parques nacionales de Cabañeros y Las Tablas de Daimiel también mantienen su oferta durante el invierno. En Cabañeros, los recorridos en vehículo todoterreno permiten observar grandes manadas de ciervos, así como rapaces en vuelo. En Las Tablas de Daimiel, la observación de aves migratorias alcanza su punto álgido en estos meses, con la ayuda de guías especializados.
Turismo sin multitudes: una ventaja invernal
Uno de los principales atractivos de visitar Castilla-La Mancha en invierno es la tranquilidad. A diferencia de otras temporadas, la afluencia de turistas desciende notablemente, lo que permite disfrutar de los espacios naturales sin aglomeraciones. Esta circunstancia mejora la experiencia del visitante y reduce el impacto ambiental en los ecosistemas más sensibles.
Los alojamientos rurales, además, suelen ofrecer tarifas reducidas en temporada baja, y es más sencillo reservar visitas guiadas o actividades específicas. Esta menor presión turística favorece un contacto más íntimo con el entorno, ideal para quienes buscan desconexión, fotografía de paisajes o avistamiento de fauna. En palabras de los promotores locales, el invierno “devuelve el silencio a la montaña” y convierte la visita en una experiencia personal, más cercana y respetuosa con el medio.

Una nueva app para conocer más de 200 rutas en la región
Castilla-La Mancha cuenta con una nueva aplicación móvil de senderos para sus áreas protegidas. La app, gratuita para Android e iOS, reúne más de 200 rutas señalizadas repartidas por la región y ofrece información detallada de cada itinerario, mapas interactivos, audioguías en castellano e inglés, alertas meteorológicas y de emergencia, así como recomendaciones sobre puntos de interés patrimonial y medioambiental. Incluye además descarga de contenidos para uso offline, lo que facilita su utilización en zonas sin cobertura. También ofrece un sistema de premios para los usuarios que completan más rutas o participan en eventos asociados. La app forma parte de un proyecto financiado con fondos NextGenerationEU, que también contempla la renovación de señalética, cartelería y senderos en los espacios naturales protegidos de Castilla-La Mancha.
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