Los Soldados de Cristo de Budia, cuatro días de custodia y honras bajo la estela de la historia y la tradición
Los Soldados de Cristo tienen como misión principal custodiar el Sepulcro y Monumento del Señor. Su presencia en todos los actos relacionados con el Triduo Pascual de la Semana Santa de Budia hace de ella una de las celebraciones litúrgicas más singulares de la provincia. La tradición, que se remonta siglos atrás, desapareció en los años 50-60 y en 2001 un grupo de personas la recuperó contando con la información que todavía les pudieron transmitir antiguos soldados. En la actualidad, el grupo lo componen 14 hermanos.
Lo soldados van vestidos con traje de pana negro, sombrero de ala ancha del mismo color, una banda roja con un Corazón de Jesús a la altura del pecho y una lanza de gran tamaño que lleva en la punta grabadas alegorías del escudo de Budia.
Ser soldado era una tradición que pasaba de padres a hijos o entre familiares. En los últimos años ha habido alguna baja, pero hay jóvenes deseosos de incorporarse cuando cumplen los 18 años. No obstante, la Hermandad de los Soldados de Cristo hace un llamamiento a todas aquellas personas, hombres y mujeres, mayores y jóvenes, que quieran sumarse a la hermandad con el fin de aumentar el número de soldados y tener relevo para los que, por edad, se van retirando o falleciendo.
Los soldados hacen su aparición el Jueves Santo. A las 17.30 horas toda la hermandad se concentra en las Cuatro Calles, los soldados forman en fila de a dos y marchan hasta la iglesia, donde se colocan formando un pasillo a ambos lados de la puerta. Mientras, cuatro soldados van a buscar al párroco a su domicilio y le escoltan hasta el templo.
Media hora más tarde tiene lugar la Eucaristía en la Cena del Señor, donde los asistentes pueden presenciar y rememorar el Lavatorio, a cargo de doce soldados, y traslado del Santísimo al Monumento, escoltado por el capitán y dos soldados, los cuales quedan ya haciendo guardia. A continuación sale, previa subasta de los varales, las imágenes de Jesús con la Cruz a cuestas, Jesús atado a la columna y la Cruz Grande. El capitán se coloca detrás de la Cruz y será el encargado de indicar las paradas a realizar. La jornada concluye a las 23.00 horas con la Hora Santa.
Escoltando las imágenes
El Viernes Santo comienza con el Vía Crucis, a las 11.00 horas, por las calles del pueblo y continúa, en la tarde, desde las 18.30 horas, con la tradicional liturgia de la celebración de la Pasión y Muerte del Señor, junto con la adoración de la Cruz. En estos comunmente llamados ‘oficios’, por parejas, las autoridades y los Soldados de Cristo reverencian a la Cruz con singular ceremonia. Posteriormente tiene lugar una de las escenas más destacadas: los soldados sacan, a brazo alzado, la imagen de Jesús del Sepulcro y es trasladada hasta la ermita de la Soledad. Es escoltada junto a la Dolorosa, que, ataviada con manto negro, es portada por las mujeres y regresará más tarde de espaldas.
Por la noche, a las 23.00 horas, da comienzo la procesión del Silencio en unas calles que permanecen iluminadas por la única luz de las antorchas. Las velas encendidas rodean la imagen de la Virgen de la Dolorosa. Es uno de los momentos más sobrecogedores de la Semana Santa budiera.
Otro de los momentos más llamativos es el que tiene lugar el Domingo de Resurrección. Tras la procesión y una vez ya en la iglesia, se realiza el triunfo de la Cruz sobre las lanzas, todos se unen en círculo con el abad en el centro, este levanta la Cruz y los soldados las lanzas. Merece la pena presenciarlo.