Oleada de robos en los pueblos de Sierra Ministra

No ha hecho más que empezar la temporada de frío y los amigos de lo ajeno han vuelto a las andadas en los pueblos de la zona que devastaron el pasado invierno. Según ha podido confirmar Nueva Alcarria, la pasada noche robaron en la cafetería de la fábrica de productos de caza Precazasa, de Saúca. En ella se llevaron la máquina del tabaco, accedieron al lugar rompiendo una gran cristalera. El dueño, Julián Ribalda, que es concejal del Ayuntamiento de Sáuca, les vio y les echó el alto cuando "iban en un Citroën, pequeño, con el maletero abierto porque la máquina no cabía", nos relataba el alcalde de Saúca, Eduardo Álvarez.  "No creo que hayan salido en esas condiciones por la autovía, tienen que haberla dejado en un lugar cercano", sopesaba. Ribalda recibió amenazas por parte de uno de los cuatro caco, cuando les llamaba la atención desde la terraza, "Si bajas, te matamos". Fue entonces cuando "tomó precauciones". "Intentó llamar a la Guardia Civil pero no había señal por lo que hizo pensar que llevaban inhibidores de frecuencia", puesto que cuando se alejaron varios metros sí pudo efectuar la llamada, aunque ya era tarde. El dueño del establecimiento ha reconocido que "menos mal", que no se llevaron nada más, ni productos elaborados de caza, ni la caja con el dinero, ni destrozaron más. 

Por las descripciones de los cacos, dadas por el propio afectado, "cuatro varones, de nacionalidad rumana", creen que pudieron ser los que asaltaron también en otros lugares de la zona, como el Bar Marcos, de Maranchón. "Tenemos un grupo y cuando hemos empezado hablar de lo ocurrido han ido saliendo más casos de esta misma noche", dice el alcalde de Saúca.En Mirabueno quitaron el combustible a una retroescavadora que estaba aparcada en la calle y también en el área de servicio del km.107. "Ya han empezado y tenemos que estar en alerta. No puede pasar como el año pasado", reconocía el alcalde de Saúca, que espera que la Administración apruebe la colocación de cámaras de vigilancia en los pueblos, como ya ha hecho en Luzaga. "En Anguita, Alcolea y Saúca somos carne de cañón, al estar pegados a la autovía", lamenta Eduardo Álvarez.