
OTAN, de salida, tampoco
Cada cierto tiempo se repiten las modas y se reiteran las tendencias. A veces vuelven los pantalones pitillo, en otras ocasiones vuelve a escena el flequillo, de vez en cuando sale un chaval de la cantera del Madrid que despunta e ilusiona, no podemos evitar las pandemias cada vez que la biología se pone caprichosa, la guerra es parte de la convivencia humana, rememoramos a Franco por oportunismo político y periódicamente algún país anglosajón elige a algún lider que desbarra por la linde del camino. En este caso, volvemos a tener a Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América y como líder supremo de la mayor potencia económica y militar del mundo. En términos económicos supone un mayor proteccionismo, una defensa numantina del dólar y un auxilio a la cultura norteamericana, pero en la práctica supone un golpe en el tablero de la geopolítica mundial y las consecuencias políticas, superan a las monetarias.
El inquilino de la Casa Blanca ha tenido una conversación de hora y media con el propietario del Kremlin, Vladimir Putin (aquí no hay modas, está el mismo desde hace casi dos décadas) para acabar con la guerra de Ucrania. En dicha conversación, Estados Unidos ya ha impuesto a Kiev que se olviden de las fronteras del año 2014 y que renuncien a los territorios ocupados de Crimea, Dombas, Donetsk. Es decir, una rendición para evitar que haya más derramamiento de sangre. Ucrania no puede seguir una guerra sin apoyo de Estados Unidos y con el 25% de su población desplazada y Rusia tampoco puede mandar a cientos de miles de jóvenes al matadero a una guerra de guerrillas a las puertas de Europa. Dicho pacto, a espaldas de la Unión Europea, las cuales no han pintado nada en el conflicto, supone una micción americana a la Carta Atlántica de 1941 y a la creación de la OTAN unos pocos años después (1949). Es la primera vez en 80 años que Estados Unidos da la espalda a su principal aliado comercial y la constatación que en 90 minutos, se ha echado por la borda todo el sistema de equilibrios de la Guerra Fría. Europa tendrá la paz hoy, a cambio de guerra futura porque nadie es capaz de asegurar que las ansias expansionistas de Putin se acaban con dos trozos de tierra cerca de los Cárpatos sino que es más que probable que se extiendan a otras ex repúblicas socialistas soviéticas de antaño. Georgia ya lleva varios lustros con Abjasia y Osetia del Sur ocupadas y se teme profundamente que países bálticos puedan sufrir el mismo desenlace aún siendo miembros de pleno derecho de la OTAN. De Bielorrusia ya nos vamos olvidando porque es un estado satélite o una marioneta con la mano de Moscú metida por las calcetas. El artículo 5 de la Carta Atlántica, ha desaparecido.
Trump ha lanzado un aviso a navegantes. Estados Unidos no va a pagar la factura de la seguridad mundial y los problemas de sus antiguos aliados. Mientras España gastaba en defensa con Rajoy un exiguo 0,8%, tan solo maquillado con el actual 1,3% de Sánchez, Washington demanda al menos un 5% para ayer mientras que Moncloa se ata al 2% para 2029. Como bien dijo Donald Tusk, si no hay un aumento en defensa, es mejor que aprendan ruso antes o después. Evidentemente no hay interés en que haya una confrontación entre antiguos bandos del siglo XX, pero si unas enormes áreas de influencia que tratarán de llevar el ascua a su sardina. Estados Unidos en la encrucijada porque tiene enfrente a Rusia, a China, a los BRICS y estos a su vez acaparan recursos sobre África y Asia.
Hace 40 años decíamos que de salida la OTAN no, para finalmente (por gónadas) acabar abrazados a ella por nuestra ausencia de capacidad de defensa en términos globales. Una vez que USA ha avisado que Europa tiene que defenderse ella misma, solo queda rezar para que haya un pacto de paz que finalice las hostilidades. El siglo pasado ya tuvimos unos años 20 y 30 donde el Pacto de Versalles y la Sociedad de Naciones desencadenaron que un austriaco con bigote tuviera ansias expansionistas y la economía se fuera al carajo. La historia se repite y cada vez hay más indicios que el mundo va a terminar teniendo lo que no desea: una guerra que lamentar a nivel global.