Pepa Bueno: “El mejor periodismo es más difícil de encontrar ahora”
La periodista recibe esta tarde en Brihuega el ‘Cátedra Manu Leguineche’
Periodismo (término de la raíz de periódico y éste del latín periodicus y del griego periodikós) es una de esas palabras tan manidas que, en demasiadas ocasiones, acaba perdiendo una de sus razones de ser: la de narrar la historia contemporánea en ese registro de hechos diarios para ofrecerle a la ciudadanía y garantizarle su derecho de acceso a la información.
Esa actividad profesional de obtener, tratar, interpretar y difundir informaciones a través de cualquier medio escrito, oral, visual o gráfico se ve muchas veces cercenada por los poderes económicos, políticos y empresariales y cuesta ejercerla sorteando la censura e incluso la autocensura. Pero hay profesionales que luchan cada día y desde hace bastantes años para que el que muchos calificamos como el oficio más bonito del mundo no pierda sus valores.
Una de esas periodistas de raza es Pepa Bueno, actualmente directora del programa Hora 25 en la Cadena SER y que, esta tarde y en Brihuega, recibirá el VIII Premio de Periodismo Cátedra Manu Leguineche.
En una entrevista concedida a Europa Press, Pepa Bueno muestra su preocupación por el hecho de que en la lucha contra el virus “los diferentes gobiernos se carguen la transparencia”, reivindica la importancia del periodismo en estos tiempos de pandemia e incide en la necesidad de que los profesionales de la información se “rebelen” ante la falta de claridad en los datos, “no dando por buenas decisiones que son censurables o, como mínimo, analizables y criticables”.
En cuanto a sus sensaciones al ser galardonada con este prestigioso premio, Pepa Bueno confiesa que “tiene un valor añadido porque Manu Leguineche, para varias generaciones de periodistas y para mí, ha sido una referencia mítica. Pese a las circunstancias que marcan la pandemia me hace mucha ilusión ir a Brihuega a recogerlo para reflexionar sobre un mejor periodismo: un periodismo que sale, que busca en la mirada de los otros lo que pasa y que por desgracia, aunque no ha desaparecido, es más difícil de encontrar ahora”.
En la entrevista, afirma que “la libertad de expresión es un derecho básico de toda la ciudadanía, también de los periodistas, que somos instrumentos para que los ciudadanos ejerzan el derecho a la información” y que, como cualquier periodista, está “muy vigilante siempre ante cualquier recorte o tentación de tocar la libertad de expresión e información”.
También habla desede la autoridad de cómo la opinión es una de las últimas fronteras que se les ha puesto a las mujeres periodistas. “Primero, estar ahí opinando, y después, que se te reconozca la autoridad de la opinión. Eso a las mujeres nos ha costado más”.
Asimismo, señala que no le gusta “concebir las profesiones como sacerdocios” y que “no se puede utilizar el argumento de la vocación para precarizar el oficio del periodismo. Es una profesión muy pasional, pero esa pasión no justifica que esta profesión se haya depauperado tanto y, en muchos, casos esté tan mal remunerada”.
Y destaca: “Hacen falta profesionales que jerarquicen lo que les llega y pongan en relación unas cosas con otras a través del contexto. Esa es la oportunidad del periodismo”.